Por
Jesús Aisa Díez
En una reciente
publicación de nuestro Instituto se describía la situación de la profesión de
auditoría interna en España empleando para ello diversos indicadores, lo que
permitía su comparación con los datos recogidos a nivel global, pudiendo
concluir que nos encontramos en una situación bastante similar a la media a
nivel consolidado, salvo en algunos aspectos donde las desviaciones son algo
más significativas, como sucede, por ejemplo, con las habilidades demandadas
por los Directores de Auditoría Interna a sus colaboradores, ya que en España
se requieren, por este orden, las siguientes: 1ª) Visión Global del Negocio y 2ª)
Tecnología de la Información; mientras que a nivel global el orden es: 1º)
Pensamiento analítico y crítico, seguido de Habilidades de comunicación, que
para los DAI españoles se situaría en el noveno puesto.
Reconociendo la
importante y significativa utilidad de estas capacidades en el adecuado
desarrollo de la actividad auditora, creo que todas ellas, en su conjunto,
podrían desaprovecharse si no existiese la adecuada comunicación del auditor
con los auditados y con las partes interesadas. De ahí, entiendo, la
importancia que en el Marco Internacional para la Práctica Profesional de
Auditoría Interna se dedica a este aspecto, materializado en las Normas 2410 y
2420, Criterios para la Comunicación y
Calidad de la Comunicación, respectivamente.
De acuerdo con lo señalado por estas dos Normas sabemos que las comunicaciones deben ser: precisas, objetivas, claras, concisas, constructivas, completas y oportunas, para lo cual han de considerarse los objetivos y alcance del trabajo, sus conclusiones, las recomendaciones y los planes de acción.
Personalmente somos
de la opinión que una auditoría no está finalizada hasta que no están
implementados todos los planes de acción vinculados a la atención de las
recomendaciones señaladas en el informe, lo que viene a justificar el
seguimiento que auditoría interna debe realizar al progreso de las acciones
correctoras previamente comprometidas.
De compartirse este
planteamiento, creo que podemos incidir en algunas buenas prácticas con las que
optimizar el valor que aportamos a las organizaciones. Como por ejemplo:
a) El Informe
borrador que se remite a los auditados debe incluir las conclusiones y las
recomendaciones con las que corregir las debilidades observadas. Solicitando
sus comentarios, si los hubiese, y necesariamente los planes de acción que se
comprometan a realizar, identificando responsables de las distintas acciones y
plazos previstos de ejecución.
b) Se debería
establecer un plazo máximo de respuesta de los responsables de los procesos
auditados al contenido de los borradores, así como para la concreción de los
planes de acción. Transcurrido este, recordar al auditado su retraso en la
respuesta, informando debidamente a su línea ejecutiva si la demora en la
respuesta persistiese.
c) Las discrepancias
que el auditado haya podido efectuar sobre las conclusiones o las
recomendaciones recogidas en el borrador de informe, deberán ser analizadas por
auditoría, aclarándolas o corrigiendo los puntos cuestionados, pero recogiendo
en el informe final la opinión del auditado si ésta finalmente no fuese coincidente
con la del auditor.
d) Valorar por
auditoría interna la oportunidad y suficiencia del plan de acción propuesto vs
debilidades evidenciadas.
e) Redactar el
informe final a distribuir a las partes interesadas, en el que se identifiquen
a los distintos destinatarios, en el que se incluirá como parte fundamental del
mismo el Plan de acción asumido por los responsables del proceso auditado.
f) Dentro de los
compromisos asumidos por los auditados respecto de los planes de acción,
debería incluirse la actuación proactiva de informar del estado real de avance
de las mejoras al cumplirse los plazos previstos para ello.
g) Posteriormente verificación
muestral por parte de auditoría interna del rigor de las informaciones
recibidas.
h) Reportes periódicos
a la alta dirección y al Comité de Auditoría sobre la evolución de las
recomendaciones, estatus de las pendientes, con referencia a los plazos de
demora, y áreas con actuaciones incompletas.
Es evidente que un
proceso de difusión del informe final como este llevará algo más de tiempo que
el que se emplearía si el mismo se distribuyera sin el plan de acción
comprometido, agregándose éste posteriormente al expediente, e informando del
mismo a las partes interesadas cuando se hubiese recibido.
Pero, dado que el
objetivo no es el de difundir el informe “final” lo antes posible, sino el de
entregar en el menor plazo posible toda la información que permita una visión completa
de la problemática en su conjunto, y de las soluciones habilitadas para
resolverla, las ventajas que se derivan
de esta forma de actuar globalizada parecen evidentes, pues la importancia del
proceso de emisión se ha focalizado en su finalización, no en una fase
intermedia con la que se perdería la perspectiva del conjunto.
Por todo ello, cuando
nos referimos a las “habilidades de la comunicación”, éstas deben considerarse no
solo desde la óptica de las destrezas de los auditores, sino en su sentido más
amplio considerando también el empleo de aquellos métodos con los que conseguir
reducir los plazos con los que alcanzar el objetivo último de las auditorías,
que no puede ser otro que el de ver implementadas las recomendaciones de los
informes en el menor plazo posible,
mejorado así el valor que la función auditora aporta a las Organizaciones.
Ante este reto, el habilitar “atajos” para dar por terminado un trabajo de
auditoría sin que esté definido el plan de actuación, podría producir en los
receptores de los informes la misma sensación que tendría el lector de una
buena novela, a la que se le hubiese suprimido el capítulo con el oportuno desenlace.
Madrid 4 de Julio de
2012.
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Ver implementadas las mejoras acordadas oportunamente, es el fin del auditor, y como se describe un lenguaje claro , contructivo, entre ortras; pero creo que es oportuno tambien enfatizar con los auditores de mantenr algunas caracteristicas que ayudan mucho, tales como : Mantener la humildad, saber ESCUCHAR y NO Creerse que la saben todas. Dejar a un lado el Ego, porque las pasiones pueden limitar un buen informe.
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