Mark
Twain, Escritor Norteamericano.
La
falta de comportamiento ético es como el cáncer, si no se detecta y ni se
trata, en última instancia se convertirá en metástasis y será terminal, por lo
que es muy importante el ofrecer al personal periódicamente y al iniciar sus
labores en un puesto, un entrenamiento que trate sobre la ética y los valores
en el ambiente de trabajo, la “cultura” y estilos que se desea caractericen al
personal.
Se
requiere de un proceso educativo a todos los niveles. Un buen programa de formación
personal y profesional, contribuye a desarrollar el comportamiento deseado y a
crear el ambiente necesario. Un buen programa sobre ética puede incluir el establecer
un currículo que incluya cursos sobre la misión, visión y valores de la entidad,
integridad y valores éticos, así como los procedimientos a seguir en el desempeño
de las funciones correspondientes a cada puesto. Como parte del programa, se
deben ofrecer talleres en los que se trabajen casos que traten sobre situaciones
reales que incluyan irregularidades, fraude y comportamiento no ético.
Es
vital establecer y divulgar las medidas disciplinarias y las sanciones que
habrán de ser impuestas a los empleados que violen los códigos de
comportamiento. No sólo se deben comunicar los valores éticos sino que deben
darse directrices específicas respecto a lo que es correcto e incorrecto y
reforzarlas con el ejemplo.
Por
último, el ejemplo constituye la forma más eficaz de transmitir un mensaje a
todo el personal respecto al comportamiento ético. Las personas tienden a
imitar a sus líderes. El empleado suele desarrollar las mismas actitudes que la
alta gerencia en cuanto a lo que está bien y lo que está mal, así como acerca
del control interno. El saber que nuestros líderes han actuado correctamente
desde un punto de vista ético a la hora de tomar una decisión difícil transmite
un mensaje formal a todos los niveles.
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