Los indicadores de riesgos clave, también denominados por sus siglas
en inglés KRI, son métricas usadas por las Organizaciones para obtener señales
tempranas sobre la exposición creciente de los riesgos a las que estén expuestas las diversas
áreas del negocio, de manera que alerten sobre esta situación y puedan adoptarse
las medidas correctoras que resulten pertinentes, antes de que los efectos
negativos sobre los objetivos se hayan materializado. Son por consiguiente una
herramienta específica de gestión empresarial de los riesgos, a emplear por los
distintos estamentos con responsabilidad en esta función- las Unidades de
Auditoría Internas también-, pero en este caso para su utilización en el ámbito
de las auditorías continuas, entendidas éstas como la realización automática y
continuada de las evaluaciones de los controles y de los riesgos.
En este contexto las auditorías continuas no pretenden en su inicio
verificar la bondad de los datos individualmente considerados, sino su
coherencia con las situaciones consideradas adecuadas. Por ello un esquema de
funcionamiento de las mismas se debería ajustar al siguiente esquema:
1.
De los procesos/riesgos seleccionados
determinar sus indicadores más oportunos.
2.
Identificar los datos disponibles en las
aplicaciones que permitan obtener las métricas seleccionadas. Programar su captura.
3.
Para los que no estén en las aplicaciones,
definir cuestionarios y fechas de recepción; estableciendo métodos de comprobación.
4.
Definir las pistas de auditoría (rango de
admisión de valores).
5.
Analizar los resultados y consultar las causas
de las desviaciones atípicas.
6.
Abrir un proceso de auditoría para los casos no
justificados razonablemente.
7.
Concluir sobre las causas reales que justifican
las desviaciones.
8.
Proponer recomendaciones.
A modo de ejemplo, a
continuación reproducimos el esquema de funcionamiento de la supervisión
continuada del proceso de compras, respecto de los riegos: Reputacional, fraude, corrupción, eficacia proceso e
integridad patrimonial,
empleado por una multinacional española.
Obviamente para que
el proceso sea operativo y eficaz, es preciso disponer de las referencias que
nos permitan comparar las situaciones observadas con las que resulten
habituales y alineadas y compatibles con los objetivos del negocio, permitiendo así detectar, o intuir, la existencia de alguna incidencia,
saltando las alarmas pertinentes, y desencadenando el proceso de verificación
de las causas reales que posibiliten estas situaciones. No debiendo olvidar que
los KRI no pretenden auditar datos, sino detectar anomalías. En la forma que se
refleja en el siguiente esquema:
(Líneas verde y negra límites admitidos, líneas
quebradas evolución temporal métricas;
círculos rojos alarmas)
Adicionalmente a lo
anterior, debemos buscar aquellos indicadores que aseguren su interrelación con
los factores de riesgo que incidan en los objetivos, pero además, según COSO,
se ha de identificar el origen de las
causas de los eventos indeseados – los denominados Root Cause Event-, en el sentido de que debemos profundizar en
localizar las causas originales que producen los efectos negativos sobre los
objetivos. Pongamos un ejemplo:
Supongamos una
empresa que observa que sus beneficios están disminuyendo, por lo que pretende
tomar las medidas que le permitan recuperar su rentabilidad. Para ello lo
primero que debe aclarar es si esta pérdida de beneficios, es porque los
ingresos disminuyen o porque los gastos se han incrementado, o los dos efectos
a la vez. Dado que el análisis realizado demostró que no eran los gastos, sino en
la bajada de ingresos en donde estaba el problema, habrá que seguir
profundizando en el por qué de esa situación, observándose que era por la
lógica pérdida de clientes, pero por qué: ¿mala calidad del producto, mal
servicio, oferta de productos no demandados,…?, llegando a la conclusión que eso
sucedía porque los precios no eran competitivos, dado que los costes de sus
suministros eran muy elevados; siendo la causa de este problema el que el proceso
de compras de la empresa era muy ineficiente, no aprovechando las oportunidades
que les ofrecía el mercado, manteniendo sus relaciones exclusivamente con los
proveedores de toda la vida.
Conocida la causa
raíz del problema existente, ahora es cuando ya podremos determinar los KRI´s
apropiados que nos permitan supervisar si el proceso de compras ha atendido a
las recomendaciones que se les aportaron, entre ellas el de ampliar el espectro
de oferentes a considerar antes de decidir las compras, por lo que un KRI
considerado adecuado podría ser: El
número de oferentes intervinientes en cada pedido formalizado.
Otro elemento
importante de cualquier KRI es la calidad de los datos usados para controlar
un riesgo específico. La atención a la fuente de la información, ya sea ésta
interna de la organización o extraída de una parte externa, es un aspecto
fundamental, pues de la bondad de la información manejada dependerá la eficacia
final del proceso.
Por último señalar
que resulta poco probable que un solo KRI permita cubrir adecuadamente todas
las facetas de un riesgo, haciéndose aconsejable analizar simultáneamente una
colección de KRI para ayudar a formar
una mejor comprensión del riesgo que se esté supervisando. Tal y como se
reflejaba en el esquema con el que se describía la metodología empleada por la
multinacional de referencia en el control del proceso de compras, que como
recordaremos para cada riesgo se vinculaban varios KRI´s.
En resumen, los
indicadores de riesgos clave son herramientas de los Sistemas de Gestión de
Riesgos que deben ser aplicados por las organizaciones a fin de poder anticipar
el conocimiento sobre las amenazas que puedan resultar inherentes al negocio y
a los objetivos establecidos. Pero que, además, también son útiles para que las
Auditorías Internas puedan mejorar su eficiencia, dedicando su atención preferente
a aquellos entes auditables en los que existan indicios de que se están
alterando las condiciones de los factores de riesgo que influyen en su
desarrollo, aconsejando su supervisión, e incorporándolos a los planes de
auditoría como una decisión sobrevenida, como consecuencia de la actualización
de los riesgos.
Esperando que estos
comentarios puedan animar a los lectores del blog que aún no manejen esta
herramienta de gestión de riesgos, a que prueben su utilidad, desde la ciudad
de Madrid aprovecho la oportunidad para desear un feliz 2013.
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Muy interesante el tema.Me gustaria que nos den más informacion sobre KRI.
ResponderEliminarGracias.
Excelente, de eso se trata de poder atender oportunamente.
ResponderEliminarTengo una duda, entiendo que el KRI se aplica para conocer el riesgo vs el apetito de la institución. Pero eso se puede aplicar a proyectos? osea por cada proyecto se puede implementar a un proyecto de manera individual?
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