Todas
las instituciones –grandes y pequeñas, públicas y privadas, nacionales y
extranjeras, con ánimo o sin ánimo de lucro...– tienen taras e imperfecciones.
Ninguna escapa a esta realidad y ninguna podrá ser indiferente a la misma si
quiere alcanzar –o seguir manteniendo– cotas elevadas. Para ello, es
fundamental acudir a los especialistas – auditores, asesores, consultores o
coaches– que permitan saber qué ocurre en cada organización y prescriban el tratamiento
preciso que conduce a la excelencia.
Patologías en las Organizaciones es una publicación
escrita conjuntamente por Marcos
Urarte (Presidente del Grupo Pharos), Javier Fernández Aguado
(Presidente de MindValue) y Francisco
Alcaide Hernández (Profesor Universidad Antonio de Nebrija), la
cual presenta más
de 40 enfermedades que pueden afectar a su organización.
Para cada una de ellas se detalla de forma bien estructurada:
– Diagnóstico.
– Síntomas.
– Causas.
– Tratamiento.
Para cada una de ellas se detalla de forma bien estructurada:
– Diagnóstico.
– Síntomas.
– Causas.
– Tratamiento.
A continuación
presentamos algunos ejemplos:
-Osteoporosis.
En las empresas se manifiesta por el debilitamiento de la estructura por falta
de recursos financieros o humanos. Un derroche en los costes, el endeudamiento
excesivo, una plantilla sobredimensionada y la falta de liderazgo son algunas
de la causas de esta enfermedad. El tratamiento pasa por una planificación
financiera o la externalización; y, en la gestión de personas, hay que apostar
por la meritocracia y por planes de retribución rigurosos.
-Anemia.
El apalancamiento del talento y la disminución del compromiso provoca empresas
anémicas. La desgana, el trabajo de escasa calidad, la rumorología y el
absentismo son sintomáticos. Es posible solventar esta situación diseñando
políticas de conciliación que incidan en la parte emocional de los empleados y
el desarrollo de políticas de imagen de marca que fomenten el compromiso.
-Esquizofrenia.
La falta de coherencia entre lo que se dice y lo que se hace da lugar a
compañías esquizofrénicas. Estas organizaciones atienden bien al cliente
externo (consumidor) pero no al interno (empleado; y mientras se predica la
austeridad, los directivos se alojan en hoteles de cinco estrellas gran lujo.
La sustitución de los cargos directivos más incompetentes o recurrir al
coaching para cambiar actitudes pueden ser algunos de los tratamientos más
efectivos.
-Artrosis.
Estas compañías carecen de capacidad para hacer frente a la nueva realidad,
cuyo cambio se produce cada vez más rápido. Su personal y directivos son
incapaces de asumir riesgos y tienen escasa visión de futuro. Una mejora de la
comunicación interna que acerque los jefes a los empleados, y una mayor
inversión en I+D para generar culturas innovadoras pueden ser definitivas para
sanar este tipo de organizaciones.
Es
importante que los auditores internos nos familiaricemos con cada uno de estos
males, con la finalidad de poder identificar el padecimiento a tiempo y de esta
forma recomendar los correctivos de lugar oportunamente.
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