Jesús Aisa Díez
Entre las
recomendaciones que se han presentado a la Unidad de Auditoría Interna de la
Organización que se ha sometido recientemente a la evaluación externa periódica
recogida en la Norma 1312, se ha recogido la correspondiente a la conveniencia
de someter a su equipo de auditores a una dinámica de rotaciones, ya que, como
mejor práctica, así está reconocida por el Instituto.
Ante esta
recomendación, que era asumida por el responsable de Auditoría Interna como muy
favorable, pero dado que su implantación no podía ser decidida por él, ya que
era algo que debía ser aprobada por el área de Recursos Humanos, al afectar a
otras unidades de la Compañía, se solicitó que aportásemos razones suficientes
para poder justificar los beneficios que de esta práctica podrían derivarse
y, así, fortalecer el proyecto. Al tiempo que se nos demandaba opinión
sobre las distintas formas de aplicar estas rotaciones.
Antes de
entrar a valorar los posibles modelos que podrían aplicarse al proyecto,
entendemos conveniente argumentar que, como en toda decisión empresarial, la
rotación conllevará oportunidades y riesgos. Debiendo aceptarse esta operativa
siempre que las oportunidades superasen a los riesgos o costes de su
aplicación.
Adicionalmente,
y como descripción del contexto en el que desarrollamos nuestra actividad, se
entendió oportuno aportar alguna referencia que, aunque referida a los
auditores externos, entendemos es también aplicable a los auditores internos:
En ese
sentido, y como ya hemos tenido oportunidad de comentar en este blog, la
postura que la Unión Europea ha adoptado es clara y viene recogida en su Libro
Verde, con el título “Política de auditoría: lecciones de la crisis”,
incidiendo en la conveniencia de la rotación obligatoria, ya que
considera que: “las situaciones en las que una empresa lleva décadas
nombrando a la misma sociedad de auditoría interna parecen incompatibles con
las normas que sería deseables en materia de independencia. Por mucho que los
principales socios auditores roten con regularidad, conforme establece
actualmente la Directiva, todavía persiste la amenaza de familiaridad.
En este contexto habría que plantearse la rotación obligatoria de
las sociedades de auditoría y no de los socios auditores.” Conclusión que, en nuestro
caso, debiéramos equiparar con los “equipos” de auditoría, dado que los
argumento esgrimidos son válidos a nuestra actividad.
En todo
caso debemos admitir que la posibilidad de rotar a los auditores internos
dependerá, aparte de la voluntad y oportunidad de actuar de esta manera, de
otras circunstancias, como por ejemplo: la dimensión de la Unidad de Auditoría;
de su estructura, ya que si fuese descentraliza habría más oportunidades de
practicar la rotación; o si se emplea o no el outsourcing; o si en
su organigrama figurasen diversos equipos según la especialidades u
ámbitos de actuación, etcétera. Aspectos que entendíamos sí se
cumplían en la División de Auditoría evaluada.
Centrándonos
en las ventajas que conlleva este proceso, entendemos que las rotaciones
intra-departamentales de la División de Auditoría comportarán las siguientes
ventajas:
a)
Incrementar el conocimiento multidisciplinar de los miembros de la División, lo
que posibilitará identificar en ellos los ámbitos de actuación más acordes con
sus aptitudes y actitudes.
b) Hacer
más equitativa la distribución de las ventajas/inconvenientes de actuar
profesionalmente en un determinado área de la División de Auditoría, con lo que
mejoraríamos el clima laboral (posibilidades de viajar, conocimiento más amplio
del negocio y del Grupo, mejorar su empleabilidad, por ejemplo)
c) La
rotación en los equipos de trabajo adscritos a las distintas áreas, permitirán
que, de existir hábitos no adecuados en la forma de atender los desarrollos de
los trabajos, estos puedan ser evidenciados y corregidos con la incorporación
de nuevos recursos.
d) En la
ejecución de trabajos reiterativos, la actuación periódica de los mismos
equipos de trabajo sobre los mismos procesos o entes auditables, podrían
ocasionar una cierta falta de entusiasmo para incidir sobre nuevos aspectos
auditables, ya que de ello se podrían observar malas prácticas de actuaciones
previas.
e)
Adicionalmente la permanencia de los auditores en un mismo área, podría generar
empatía con los auditados, afectando a su objetividad.
En cuanto
a la rotación entre Auditoría Interna y el resto de los Departamentos de la
Organización, ésta puede contemplarse en dos niveles: el temporal y el definitivo.
La
rotación con salida permanente debería ser una práctica habitual de todas la
Unidades de Auditoría Interna, ya que ello supondría materializar la
posibilidad de convertir a las Unidades de Auditoría Interna en “vivero” de
ejecutivos, o de responsables en las áreas operativas, lo cual nos permitirá
ampliar el Plan de Carrera de los auditores, al abrirse las posibilidades de
promoción.
En lo que
se refiere a la rotación temporal, la cual entendemos como más recomendable en
la incorporación de nuevos recursos a la División de Auditoría procedentes de
ambientes ajenos a la Organización. Con este colectivo, la idea es que
durante un periodo de varios meses, estos nuevos apoyos se incorporen a
unidades operativas y administradoras de riesgos relevantes, de forma que
puedan acceder a las prácticas de gestión empleadas, lo que mejoraría su
conocimiento sobre la forma de desarrollar dichos procesos. Transcurrido el
periodo temporal que se establezca, retornarían a Auditoría Interna con los
conocimientos ya adquiridos, con lo que se podrán incorporar a los equipos de
trabajo aportando un mayor valor.
Adicionalmente
a esta rotación temporal focalizada en los nuevos ingresos, consideramos que
podría ser útil el que los auditores ya consolidados en la Unidad, y que: ante
cambios regulatorios, nuevas incorporaciones al perímetro societario,
modificación de procedimientos de gestión empleados por las distintas áreas,
etcétera, con el objetivo de entender las nuevas realidades, se podría pensar
en adscribir temporalmente en esos entornos a diversos auditores que colaboren
con las unidades afectadas, interiorizando los detalles de las nuevas
realidades, lo que les permitiría un conocimiento más exacto de los
procedimientos aplicados, posibilitando en análisis más riguroso y exacto de
los mismos, lo que abriría mayores oportunidades de hacer recomendaciones de
mejora más eficaces.
Por todo
lo anterior, consideramos que la rotación de los auditores es una necesidad y
una oportunidad que deberemos aplicar para seguir mejorando la capacitación de
lo recursos de nuestras unidades, pero también como una forma de poder mejorar
las expectativas profesionales de nuestros colaboradores. Pero antes de acabar,
nos surge una duda, esta rotación de auditores, interna y externa hacia otras
áreas de la Organización, ¿no debería complementarse/ compensarse con una
rotación de los empleados de esas Unidades operativas hacia Auditoría?.
La
respuesta es muy sencilla, si la ubicación en áreas ajenas a nuestra propia
función, tiene como objeto el que podamos interiorizar, comprender y asimilar
las prácticas de gestión en donde nos ubiquemos de forma provisional, el que
ajenos a Auditoría Interna conozcan nuestros procedimientos de gestión, para
después retornar a sus puestos de trabajo habituales, entendemos que no es lo
apropiado, ya que su presencia en Auditoría, les habrá permitido, como la
nuestra en sus departamentos, conocer las debilidades que existan en el
desarrollo de la función. Lo que dicho de forma muy coloquial, sería como
“darle armas al enemigo”. Por tanto rotundamente no, en mi opinión.
Esperando
que estas ideas puedan ser consideradas aplicables, quedamos a vuestra
disposición para ampliar, o aclarar, los comentarios realizados.
Un
abrazo.
Artículo Publicado en el Blog:
Auditoría Interna del Siglo XXI
http://auditoriainternasiglo21.blogspot.com.es/
Jesús Aisa Díez Ex-Subdirector
General Corporativo de Auditoría Interna de Telefónica SA. Director Proyectos
de Evaluaciones de Calidad del IAI España. Director Técnico de FSH Consulting.
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Estimado Nahum ,muchas gracias por compartirnos interesante inquietud . Efectivamente antes de ser aplicada es muy necesaria la evaluacion del costo beneficio de hacerlo ,asi como tambien el analisis de las ventajas y desventajas.
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