La auditoría interna es una
segunda barrera frente al fraude, posterior a la primera que ha sido
establecida por la gerencia. Cuando la detección de indicadores de fraude es
efectuada por los auditores internos, la organización como tal aún no ha
fallado, pero la gerencia sí. A efectos de robustecer entonces el sistema de
control interno, los auditores internos deberán ejercer un rol docente para
explicar a la gerencia cuales son los factores que les han permitido detectar
señales de irregularidades (o ineficiencias, pero no es el propósito de este
libro). La gerencia quedará entonces facultada para atender estas situaciones
en el futuro, pero a la vez comprometida con la dirección superior de la
organización para evitar la recurrencia de nuevas situaciones sospechosas no
detectadas
La auditoría interna, por su
parte, debe apuntar a un enfoque preventivo. En tal sentido, el desarrollo de
la informática ha permitido establecer el llamado sistema de “auditoría
continua”, consistente en desarrollar consultas o queréis de auditoría que
detectan transacciones sospechosas y disparan en consecuencia la ejecución
anticipada de auditorías. Tales consultas son luego compartidas con la
gerencia, quien puede tomar acción correctiva oportuna y permitir a la
auditoría interna enfocarse en examinar la acción correctiva gerencial en lugar
de emprender una y otra vez revisiones anticipadas por el surgimiento de
indicadores de transacciones sospechosas.
La auditoría externa no forma
parte de la estructura organizacional, y tampoco tiene por función la detección
y remediación de ineficiencias e irregularidades. Por esta doble
característica, la detección de posibles irregularidades por los auditores
externos (la tercera barrera contra el fraude), resulta preocupante para la
organización. Indica que un tercero externo a la organización ha detectado algo
que no era motivo de su interés, y que la organización no ha podido hacerlo. De
todas formas, es preferible que el posible fraude sea detectado por el auditor
externo antes de que continúe desarrollándose sin que la organización tome
conocimiento de él.
Guillermo
Casal, CIA, CCSA, CFSA, CGAP, CRMA, CISA, CFE - Contador Público y Master en
Economía y Administración de empresas en Argentina. Con más de 35 años
actuando en todas las especialidades de Auditoría. Auditor interno, externo,
informático y forense. Obtuvo todas las certificaciones del IIA (CIA, CCSA,
CFSA, CGAP, CRMA). También la CFE (examinador de fraudes), y la CISA (auditor
informático). Dedicado hace quince años a la consultoría y capacitación. Fue
colaborador de Luis Moreno Ocampo, ex fiscal penal de la Corte internacional de
la Haya, y Stephen Walker, ex agente especial del FBI. Para mayor información
visite www.guillermocasal.com.
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