Guillermo Casal
Solemos suponer que si a alguien se le muestran los riesgos e ineficiencias de lo que está haciendo, y al mismo tiempo se le exhibe una manera mejor de hacer las cosas, aceptará gustosamente los cambios. Pero………todos los que pasamos algún tiempo en auditoría interna u otras áreas que promuevan mejoras en la organización, sabemos que frecuentemente no es así. En este artículo abordaremos las razones más comunes de la resistencia al cambio y los medios para lidiar con ella.
Solemos suponer que si a alguien se le muestran los riesgos e ineficiencias de lo que está haciendo, y al mismo tiempo se le exhibe una manera mejor de hacer las cosas, aceptará gustosamente los cambios. Pero………todos los que pasamos algún tiempo en auditoría interna u otras áreas que promuevan mejoras en la organización, sabemos que frecuentemente no es así. En este artículo abordaremos las razones más comunes de la resistencia al cambio y los medios para lidiar con ella.
Posibles razones de la resistencia al cambio
Diagnóstico y/o recomendaciones confusas
En ámbitos de
estudio de Metodología de las Ciencias se suele clasificar los niveles de
conocimiento en tres: sencillez, complejidad y sencillez. El gráfico a continuación lo
exhibe con la contundencia de las imágenes, que siempre valen más que las
palabras:
1. La
sencillez de la ignorancia. Cuando
se desconoce completamente un tema, se lo puede percibir como erróneamente
simple. Por dar un ejemplo, quien mira un partido de tenis podría pensar que,
si toma una raqueta y sale al campo de juego, tiene posibilidades contra un
deportista de élite. No es sino hasta que se lo intenta que se comprende la
complejidad del juego en cuanto a los efectos y velocidad de la pelota
2. El
deleite de la complejidad.
Quienes llegan a un cierto dominio de una disciplina (generalmente un dominio
inicial, no magistral……), pueden deleitarse explicando su saber en términos
difíciles de comprender para el lego. Eso logra dos efectos:
a. Deslumbrar (al menos en una
primera etapa), al desconocedor con el lenguaje rebuscado que no se comprende
plenamente
b. Proteger al “experto” (que no lo
es tanto), de preguntas en mayor profundidad que podrían colocarlo en una
situación incómoda. LA COMPLEJIDAD ES
SIEMPRE UNA ETAPA INTERMEDIA EN EL CONOCIMIENTO, e intentar operar o cambiar algo en esta instancia es altamente
riesgoso
3. La
sencillez del experto. Cuando
se domina en profundidad un tema se llega a la capacidad de presentarlo a quien
lo ignora en términos simples y entendibles
Una primera razón
de resistencia al cambio es presentar diagnósticos y recomendaciones en
términos complejos, porque el destinatario de la información se angustia al
verse compelido a realizar un cambio sin entender plenamente por qué debe
cambiar, qué debe cambiar, cómo debe hacer ni qué resultados obtendrá.
Por tanto, el
auditor o gestor del cambio debe dominar la materia sobre la cual diagnosticará
y propondrá mejores en un grado tal que le permita presentar sus conclusiones
en los términos sencillos del conocedor
Negación
¿Por qué los seres
humanos negamos ciertos errores, a veces contra toda evidencia?
Para eso hay que
asimilar el concepto de “racionalidad limitada”. Los seres humanos no somos
seres puramente racionales.
Somos SERES EMOCIONALES CON CAPACIDAD DE RAZONAR
En primer lugar,
puede haber en la relación auditor/auditado una animadversión “ad hominem”, o
prejuicio contra la persona. Este rechazo surge cuando la relación auditor/
auditado se establece para ambas partes como un vínculo de sometimiento o
superioridad en el cual hay alguien superior que examina lo que alguien
inferior hizo y pudo hacer mal.
El auditor es
conocedor y honesto y el auditado es presumiblemente inepto y corrupto. Si esas
son las reglas del juego, la mayor tentación del auditado será controvertir
cualquier afirmación que haga el auditor para demostrar que el auditor no es
tan conocedor e infalible como gusta de presentarse……
En segundo lugar,
si no existe una animadversión entre auditor y auditado, puede igualmente existir
un apego de las personas hacia la manera en que tradicionalmente se han venido
haciendo las cosas.
Un rechazo a
aceptar que esa rutina con la cual se sintió cómodo/a, debe cambiarse y abrir
paso a otras formas desconocidas de trabajar, a hacerlo con nuevos compañeros,
a cambiar de proveedores o tecnologías………
Del mismo modo que
las personas nos encariñamos con los autos viejos por los buenos momentos que
nos dieron, nos apegamos a maneras ineficientes de hacer las cosas por los
buenos resultados que en algún momento nos permitieron obtener.
Pereza
Además de
encariñarnos con nuestra forma de hacer las cosas y sentir temor por lo
desconocido, la pereza es también un sentimiento fuerte en las organizaciones.
Subyace la
siguiente idea: “con lo que me costó aprender a hacer esto, ahora que estaba
cómodo me cambian el procedimiento. Para qué tanto esfuerzo?
Cuánto más voy a
ganar YO con tanto cambio y mejora
continua? Es siempre más trabajo por la misma paga……..”
La cuestión del poder
Quienes tienen personal
a cargo pueden, y frecuentemente ven, a la auditoría interna como un cuerpo
extraño que interfiere con la rutina diaria del trabajo y con su autoridad
sobre sus subordinados. Si, adicionalmente, esos “intrusos” pretenden
cuestionar la forma en que se hacen las cosas y recomendar cambios………..es
demasiado para ellos
Intereses ocultos/ espurios
Los intereses
ocultos no necesariamente son espurios. Un interés oculto puede ser desarrollar
ciertas labores en un determinado lugar y/u horario por diversas razones:
·
Por
ejemplo, el personal de informática puede preferir desarrollar labores técnicas
que requieren concentración en horarios en que no esté presente la mayoría del
personal, de modo de evitarse interrupciones con llamados y consultas
·
Otro
personal puede estar interesado en no cambiar de lugar de trabajo porque le
queda cerca de su domicilio o tiene mayor facilidad de acceso
·
También
puede haber una camaradería grupal por la cual un grupo de personas afines no
quieran ser asignadas a labores que los separen
Recomendaciones
contrarias a los intereses ocultos producirán una lógica pero inesperada
resistencia
Distinto es el
caso de los intereses espurios. Si una persona o grupo de personas está
cometiendo un fraude, opondrán firme y aparentemente irracional resistencia a
recomendaciones emergentes del más elemental sentido común. Por caso, me ha
tocado enfrentar tal resistencia en un grupo de empleados de depósito que
resistían encarnizadamente la propuesta de auditoría interna de archivar cada comprobante de entrega con su
correspondiente factura para verificar que todo despacho fuera correcta y
oportunamente facturado al cliente que recibió la mercadería. La razón obvia para tal
resistencia era que el grupo en cuestión estaba haciendo entregas no autorizadas
que nunca eran facturadas…….
Medios de lidiar
con la resistencia
Cada una de las causas
anteriormente mencionadas para la resistencia al cambio requiere de maneras
diferentes para tratar con ella y reducir sus efectos. Veamos qué se puede
hacer en cada caso
Diagnóstico y/o recomendaciones confusas
Una primera y
bastante obvia contra medida contra este tipo de resistencia es establecer
normas de redacción de informes y mecanismos de supervisión que promuevan y
aseguren que los informes y otras comunicaciones de auditoría resulten claros.
Varias medidas pueden disponerse al efecto:
·
Frases
cortas
·
Voz
activa
·
Evitar
la jerga técnica
·
Incluir
referencias a leyes y procedimientos cuando éstos sean los que sustentan
observaciones y recomendaciones
·
Ejemplos
y comparaciones de la vida diaria para ilustrar situaciones complejas
El posible
inconveniente que puede presentarse cuando los informes comienzan a resultar
más claros es que el destinatario pueda pensar que la labor del auditor fue más
simple que lo que resultó en realidad. Esta dificultad se resuelve con relativa
sencillez cuando se incluye un párrafo de alcance que mencione con
especificidad y precisión la tarea realizada
Negación
El primer tipo de
negación, el que proviene del rechazo “ad hominem”, puede resolverse de
distintas formas. El inconveniente es que, por caso, adoptar una actitud más
afable puede reducir el rechazo pero también minar la independencia del
auditor. Por tanto, lo más aconsejable para trabajar en este campo será hacerlo
en dos ejes:
1.
Eliminar
hasta donde sea posible todo rasgo de arrogancia y autoritarismo de parte de
los auditores internos. Exhibir respeto por el trabajo del auditado y reconocer
los logros REALES del auditado. Incluir en el informe no solamente los aspectos
deficientes sino también los sobresalientes. No por una cuestión demagógica,
sino porque así como los errores implican la necesidad y oportunidad de
mejorar, los logros permiten identificar las “mejores prácticas” que sirven a
otros para mejorar y al auditor para establecerlas como base del desempeño
esperado
2.
Basar
la relación auditor/auditado en el profesionalismo y la franqueza. Un auditor
no es un enemigo, pero tampoco un amigo. Hacer entender el trabajo de auditoría
y por qué es bueno para la organización que existan auditores,
independientemente que puedan resultar desagradables a los auditados
Respecto del apego
a “la forma en que aquí hacemos las cosas”, el auditor debe ser muy claro y
específico en tres aspectos:
1.
Cuáles
son los inconvenientes que trae la operatoria cuestionada. Dialogar. Escuchar
con atención los argumentos de defensa del statu quo que presenta el auditado,
reconocer los temas en los que tiene razón y fundamentar con datos y evidencias
los cuestionamientos que realiza el auditor. No ceder ante argumentos del
auditado que no tengan similar respaldo
2.
Cuáles
son las ventajas que tienen las recomendaciones formuladas. Operar en relación
con las mismas de la misma manera que frente a los cuestionamientos
3.
Documentar
acuerdos y desacuerdos. Es bastante
común que el auditado reconsidere su
negativa a enfrentar las recomendaciones fundamentadas del auditor cuando sabe
( y se le enfatiza……) que el informe será elevado a instancias superiores a la
del auditado.
En ocasiones, incluso, solamente repetir lo que acaba de
decir el auditado para controvertir al auditor hace que el cuestionador desista
al oír lo absurdo del argumento que acaba de plantear.
Recuerdo el caso de una organización internacional en la
cual le expresé a alguien “de modo que tu propuesta para zanjar las cuestiones
legales emergentes de trasladarnos del país A al país B es consultar a un
abogado del país C, que es de dónde tú provienes……”.
Obviamente,
la persona confiaba en dicho abogado pero no había considerado que no podía
actuar fuera de la jurisdicción en donde estaba matriculado
Pereza
Lidiar con estos
últimos motivos de resistencia al cambio exige al auditor un grado mayor de
pericia que los anteriores. En efecto, la pereza tal como la describimos
anteriormente es una motivación egoísta y por tanto intolerable en una
organización.
Por consiguiente,
el auditor debe VENCER a la pereza de quienes resisten al cambio.
El primer peligro,
en tal caso, es aparecer como autoritario y por tanto despertar resistencia al
cambio en otras personas que, siendo bienintencionadas, aprecian y confían en
el perezoso.
El segundo
inconveniente es que el auditor no tiene una autoridad para IMPONER sus
recomendaciones y, por lo tanto, necesita un fuerte y claro respaldo de la
autoridad superior que sí tenga esa prerrogativa.
En consecuencia,
lo que el auditor deberá hacer frente al perezoso es:
1.
Dejar
en claro lo evidente de su recomendación y lo irrazonable de la actitud del
perezoso, con frases del estilo “es obvio que si la puerta queda abierta toda la noche es casi seguro que nos van a
robar. Y tú eres el último que se va. En
consecuencia, parece que la única
alternativa es que cierres la puerta al irte. Por qué no quieres hacerlo?”
2.
Abordar
el conflicto con sinceridad pero sin mencionar explícitamente la pereza del
perezoso. Siguiendo con el ejemplo anterior “Bien. Si tú no quieres cerrar la
puerta, ni cambiar de horario para no ser el último en retirarte, quedamos
expuestos a un riesgo intolerablemente alto de robo que TÚ estás produciendo
con tu negativa. Así lo haré constar en mi informe”
Esta situación, la
del auditor enfrentando a un perezoso, ejemplifica muy bien el rol de aseguramiento del auditor interno y la
razón por la cual un auditor interno tiene rasgos consultivos PERO NO ES
ESENCIALMENTE UN CONSULTOR. También explica la razón por la cual enfaticé
previamente en la cuestión de la actitud profesional, no autoritaria ni
agresiva pero tampoco excesivamente fraternal.
La cuestión de poder
A diferencia de la
pereza, cuando se advierte la cuestión de poder se puede y frecuentemente
conviene, explicitarla para que quien se sienta amenazado disipe su temor.
Argumentaciones en
tal sentido pueden ser: “está claro para todos que quien manda en esta área
eres tú. Los auditores no venimos a cuestionar eso sino a ver si encontramos
maneras mejores de hacer las cosas y
proponértelas”
Y, posiblemente,
para reforzar la credibilidad a riesgo de cierto grado de confrontación, añadir
: “ lo que te acabo de decir es la parte grata del asunto. La parte ingrata del
tema es que así como tú tienes la autoridad y el deber de hacer funcionar esta
área, los auditores tenemos la autoridad y el deber de evaluar todas las áreas,
cuestionar las deficiencias y proponer mejoras.
No es algo que tú puedas
decidir si se hará o no. Lo haremos porque así lo quiere la Dirección Superior.
La buena noticia
es que nuestras recomendaciones no son obligatorias sino opcionales para
ti…………hasta que la Dirección Superior te diga lo contrario”
Intereses ocultos/ espurios
Cuando el auditor
enfrenta una inesperada resistencia y ninguno de los motivos anteriores parece
ser la razón, ésta podría ser la causa. En tal caso, lo que deberá hacerse es
dilucidar si los intereses, conforme lo describimos antes, son ocultos o
espurios. Claro que esto requiere de cierto tacto. Por caso: si se identifica
que dos personas mantienen una relación amorosa en su trabajo y por ende no
quieren ser asignados a locaciones diferentes:
1.
El
auditor debe evaluar si las normas de la organización permiten tal situación
2.
En
caso que lo permitan, que no es la situación más frecuente, debe considerar el
riesgo de fraude que podría implicar la circunstancia, por colusión o por
falencia en la supervisión
3.
Si
tal riesgo no existe o es irrelevante, el tema no puede ser abordado
explícitamente si los involucrados no lo han divulgado En cuyo caso, se lo
puede encarar elípticamente, diciendo : “ en realidad, esta nueva forma de
trabajar implicaría que XX e YY deban trabajar en lugares distintos y remotos.
Como eso implicaría deshacer un equipo de trabajo ya muy ensamblado, deberían
ustedes considerar reasignar funciones para evitar esos traslados pero cumplir
con la nueva forma de trabajo que les he recomendado”.
Distinto
es el caso de los intereses espurios ya mencionados. No hay otro motivo para no
querer adjuntar la factura a la nota de envío, que el continuar haciendo envíos
que nunca se facturarán. No se puede transar con el fraude.
Pero
tampoco es conveniente que el auditor explicite sus sospechas cuando no ha
recolectado evidencias sólidas de irregularidades. En cuyo caso, la forma más
apropiada de abordar el problema será decir algo como: “ De modo que, pese a
que les he explicado detalladamente que es necesario adjuntar nota de envío con
factura para cerciorarse que todos los despachos han sido facturados, ustedes
no lo ven así. En cuyo caso, lo que tendré que hacer es ampliar el alcance de
mi revisión para ver si este riesgo de los despachos no facturados se ha
materializado o no, y en el primero de los casos, que impacto ha podido tener”.
A
partir de ese momento, la auditoría deja de ser operacional y pasa a ser
investigativa, la primera de las instancias de la auditoría forense según he
mencionado en otro artículo
En
conclusión
El
auditor interno es un agente de mejora continua y promotor constante del cambio.
Como tal, se verá permanentemente expuesto al conflicto implicado por la
resistencia al cambio. Algunas consideraciones útiles para poder manejar la
tensión derivada de esta circunstancia son:
1.
Saber
que esto es así. Saber que ante toda propuesta de cambio puede surgir una
resistencia
2.
No
tomar esa resistencia como algo malo. En realidad, podría ser aún peor un
exceso de confianza en el auditor por los auditados, que los llevara a aceptar
e implementar recomendaciones equivocadas. El producto de valor agregado de una
auditoría interna es la recomendación del auditor mejorada por los comentarios
del auditado e implementada
3.
Tener
empatía. Entender que a ningún ser humano (incluidos los auditores……):
a.
le gusta que le critiquen su trabajo
b.
Que
también puede experimentar temor a lo desconocido
4.
Hablar
todo lo claro que se pueda. El límite es la agresión y la grosería, por una
parte, y la discreción y confidencialidad por la otra
5.
Identificar
tan precisamente como sea posible la razón de resistencia al cambio y operar en
base a la técnica apropiada
¿Te
ha gustado la información? ¡Compártela con otro auditor interno!
No hay comentarios:
Publicar un comentario