Por Omar Moreno – Presidente IIA Panamá
Tengo más de
25 años de experiencia como auditor, y 20 como auditor interno; y aunque he
podido experimentar la evolución de la profesión en este cuarto de siglo, hay
una constante que ha variado muy poco o casi nada; y es que los auditores
seguimos auditando el pasado. Aunque el espectro de nuestro trabajo es más
amplio, y las crisis financieras nos han obligado a re-definir nuestro rol en
las empresas, muchas veces empujados por las regulaciones; a mi parecer
seguimos viendo con mucha frecuencia por el espejo retrovisor.
Y no es que
nuestros clientes no nos estén cuestionando desde hace ya algún tiempo;
constantemente en las conferencias internacionales y las encuestas relacionadas
con la profesión, nos recuerdan que debemos evolucionar al ritmo de los
negocios y sus riesgos inherentes, para convertirnos, ya ni siquiera en
asesores de confianza, sino en aliados estratégicos de las Gerencias y las
Juntas Directivas, y ganarnos ese puesto en los Comités y Consejos Directivos
que nos permita aportar un enfoque de gestión de riesgo y control interno en
los planes estratégicos de las organizaciones.
Hace poco
estuve en un congreso, en donde uno de los expositores lanzó este reto al
auditorio (todos auditores internos), ¿cómo hacemos para que la Auditoria
Interna empiece a auditar el futuro y deje de auditar el pasado?; por supuesto
se sintió un murmullo en el salón, y es que durante todo el congreso estuvimos
escuchando sobre "disrupción tecnológica", "data
analytics", "blockchain", y otro tanto de conceptos que
conforman el diccionario empresarial actual, que traen consigo cambios
importantes en la forma de hacer los negocios y en los riesgos asociados; y la
conclusión lógica es que tenemos que salirnos de la zona de confort y
re-inventarnos.
Re-educarnos
en temas de gestión empresarial, estrategias de negocio, tecnología de la
información, finanzas avanzadas, y otro tanto de temas que nos permitan hablar
el mismo idioma y en los mismos términos que nuestros clientes. Empezar a ver a
nuestras partes interesadas como nuestros clientes y no como las áreas
auditadas.
Desarrollar
nuestras habilidades blandas, liderazgo, comunicación, relaciones
interpersonales, creatividad, etc, etc..., son algunas de las ideas que he
recogido de como lograrlo, sin embargo, todavía no tengo la respuesta completa
para el reto lanzado, pero por supuesto que la seguiré buscando; lo que si es
cierto, es que no podemos seguir haciendo lo mismo si pretendemos mantenernos
vigentes y ganarnos ese puesto en las mesas de Junta.
Mientras
tanto, agradezco todas las ideas que quieran compartir sobre el tema.
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Buenos días, también creo que debemos estar más capacitados en otros temas a fin de poder orientar mejor a nuestros clientes a través de nuestras recomendaciones y de esta manera generar un mayor valor en las empresas, como lo son por ejemplo los abogados tributarios, las empresas los buscan no solo por sus conocimientos tributarios para pagar menos impuestos o para que les recomienden como fraccionar una deuda, sino también para que les orienten respecto a los procesos judiciales en temas tributarios, creo que ampliando nuestros conocimientos en otros temas podemos entender mejor la gestión en las empresas y de esta manera prever riesgos futuros que puedan aparecer por una mala toma de decisión por parte de la gerencia, ojo al referirme el ampliar nuestros conocimientos en otros temas, no me refiero a que debamos sacar un título o llevar una maestría, me parece que llevando diplomados que son ofrecidos en varias universidades de prestigio referente a varios temas de gestión es suficiente para hacernos una mejor idea de las cosas que pueden pasar por la cabeza de un gerente y así poder orientarlos mejor.
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