Marta Cadavid - CAMS, CFE, AML y LA/FT
Como es bien sabido, el lavado de dinero es una
actividad que pretende limpiar el dinero generado de actividades ilegales o
delitos precedentes. Hoy por hoy, la mayoría de los países han adoptado las
recomendaciones del GAFI (FATF) y han implementado los diferentes acuerdos
internacionales. Así mismo, diferentes actividades mercantiles, de servicios,
financieras y productivas son sujetos obligados y deben ajustarse a las
directrices que sus reguladores emiten para estar alienados con la regulación
internacional. Igualmente, personas naturales relacionadas con los negocios son
también responsables de los programas de prevención y detección de lavados de
activos y por ende sujetos obligados a reportar actividades sospechosas. Así
las cosas, debemos entender que la lucha contra el lavado de activos es un
movimiento global al cual no es posible sacarle más excusas para su
implementación.
Sin embargo y a pesar de los esfuerzos de diferentes
sectores de la industria y el Estado, los ciudadanos de a píe aún son escépticos
y en ciertos casos poco colaboradores en cuanto al autocuidado y los aspectos
de prevención que se contemplan al aceptar negociaciones poco claras, y en
especial aquellas donde el lavado de dinero se hace a través de varios terceros
con sus cuentas personales generando una comisión por el dinero recibido,
retirado y consignado a nombre de otra tercera persona.
En el Romance Scam o la estafa a través que de las
relaciones virtuales siempre se habla de la víctima que entregó su dinero y
dignidad por amor, sin embargo, en este tipo de delito subyacente hay otra
víctima que no necesariamente gozó de los frutos del amor, ya que tal persona
hace parte de la triangulación del dinero sin saber su procedencia.
En un momento determinado de la relación virtual, el
estafador crea una situación de crisis económica donde la víctima se convierte
en el primer recurso financiero a quien acudir. Tales situaciones son recreadas
con todo tipo de patrañas que van desde la carencia de alimentos, pérdidas de
documentos, accidentes, enfermedades catastróficas, entre otros.
Debido a la presión de la crisis y la manipulación
emocional que el estafador ejerce sobre la víctima enamorada, ésta última busca
los recursos y envía el dinero a donde su amado perpetrador le indica, que en
la mayoría de los casos es una tercera persona en un país donde las barreras
culturales, de lenguaje y horario desincentivan cualquier pregunta o
investigación.
Hasta este momento la estafa se convierte en el delito
precedente del lavado del dinero en el que la víctima enamorada ingenuamente
participó. Sin embargo, el blanqueo de tal dinero lo hace la tercera persona
que recibe el dinero y lo distribuye de acuerdo a las instrucciones del
perpetrador.
Para ésta segunda víctima el argumento será totalmente
diferente, ya que el discurso del perpetrador se base en temas humanitarios. El
perpetrador convence a ésta víctima para que recoja o reclame el dinero
producto de donaciones internacionales para obras humanitarias en diferentes
fundaciones, lo pase por el sistema financiero y lo deposite nuevamente a
nombre de otra persona o incluso entidades a su nombre. En ésta simple
operación de reestructuración la víctima gana entre el 10% y 15% de los
depósitos o transacciones, lo que motiva a ésta persona a recibir más dinero y
redistribuirlo de acuerdo a los deseos caritativos del perpetrador. Esta
persona que actúa como reestructurador sólo conoce parte del negocio y sólo
cuando su participación trascienda a ámbitos legales podrá saber que está
involucrada en una operación de blanqueo de capitales y consecuentemente en una
investigación.
El estado de resultados de un criminal no tiene
sección de pérdidas, ya que todo lo que logré recuperar es su
ingreso. Un estafador virtual, perpetrador, defraudador o scammer no
tiene límites, su hambre de poder y riqueza lo involucran en actividades
delincuenciales que crecen tan desproporcionadamente como su ego. En el Romance
Scam las víctimas están a los dos lados de la historia, quien envía el dinero
por amor y quien lo recibe por necesidad. Todos, absolutamente todos somos
responsables de educarnos e implementar las medidas para prevenir ser parte de
los ciclos del lavado de dinero. ¡No existe excusa para no preguntar con quién
y por qué se está negociando!
Marta Deise Cadavid Acevedo
Experto Examinador de Fraude (CFE), Especialista Certificado en Anti
lavado de dinero (CAMS) y Anti lavado de Dinero y Financiamiento al Terrorismo
(AMLCA). Profesional en el área contable egresada de la Universidad de
Antioquia con Especialización en Gerencia Financiera y Master en Economía
Financiera de la Corporación Universitaria CEIPA. Conferencista y conductora de
seminarios, desarrolladora de cursos y talleres, y colaboradora en la producción
de artículos, todos esto enfocado a la prevención, detección, reporte e
investigación de delitos económicos. Para mayor información visita su
Blog Martha Cadavid.
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