Marta Cadavid, CAMS, CFE, AML
El proceso de debida diligencia debe
quedar por escrito y en lo posible diseñado como una política para evitar
ambigüedades o ares zonas grises. Como es bien sabida, la debida
diligencia es como la caja de Pandora donde encontramos muchas sorpresas, pero siempre
debemos tener claro que la regla de oro es encontrar el beneficiario final de
los fondos tantos de los que se reciben como de los que se pagan.
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