Marta
Cadavid, CAMS, CFE, AML
La corrupción
ha permeado el gobierno y empresas en general. A nivel privado pensábamos que
las áreas que tenían contacto con clientes, proveedores y contratistas eran las
más vulnerables de presentar corrupción donde las dádivas, regalos y gratitudes
abundaban. Sin embargo, la corrupción ha llegado al área de recursos humanos o
administración de personal. Personal con concentración de poder tiene la sartén
por el mango y puede solicitar dinero a los nuevos candidatos para ser
recomendados o sugeridos para el cargo. Igualmente y no menos grave, solicitar
dinero para esconder información negativa del prospecto que en caso de ser
revelada cerraría las puertas de este nuevo empleo. En cualquiera de las dos
anteriores situaciones, la corrupción es evidente.
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