Comportarse de manera que soportaría el escrutinio de los compañeros u otras personas. Implica el trato justo y la honestidad, además de tener el coraje de actuar de manera apropiada incluso cuando existan presiones para hacer lo contrario, o cuando al actuar se crean potenciales consecuencias personales o para la organización.
Adicionalmente, el Dominio II sobre Ética y Profesionalismo del mismo borrador establece como primer principio:
Demostrar integridad
Los auditores internos demuestran integridad en su trabajo y comportamiento.
La integridad es el fundamento de los otros principios de Ética y Profesionalismo, incluyendo la objetividad, la competencia, el debido cuidado profesional y la confidencialidad. La integridad de los auditores internos es esencial para establecer confianza y ganarse el respeto.
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En mi opinión, la credibilidad de cualquier departamento de auditoría interna se asienta en la integridad de su personal. Los auditores internos ''de alto rendimiento" saben que, en el mundo laboral, la confianza consiste en permitir que la gente conozca nuestros valores, principios, intenciones y sentimientos, y en comportarnos en consonancia con ellos. En pocas palabras, ser integro es ser coherente.
La coherencia representa predicar con el ejemplo – El mejor discurso lo hacemos a través de nuestras acciones. Debemos demostrar consistencia y hacer de nuestras vidas un mensaje inspirador. Sé fiel a tus valores. Actúa de acuerdo con tu filosofía.
Lamentablemente, la integridad es en la actualidad un producto perecedero. La integridad incluye responsabilidad y férrea adhesión a valores y creencias. La antítesis de la integridad es la indiferencia: no expresar o defender aquello que creemos. Tenga presente que:
“La integridad significa que usted hace lo que hace porque es correcto y no solo por estar de moda o por ser políticamente adecuado. Una vida de principios, de no sucumbir ante las seductoras sirenas de una moral fácil, siempre prevalece”. Dennis Wailey
En matemáticas, un entero es un número que no es divisible en fracciones. De igual modo, un hombre de integridad no es divisible de sí mismo. No cree una cosa y dice otra; por tanto, no está en conflicto con sus propios principios. Hoy por hoy, y siempre, lo único que nos asegura la supervivencia es la firme integridad del personal de la empresa.
Los auditores internos confiables y transparente son aquellos profesionales cuyas palabras concuerdan con sus hechos y cuyas conductas reflejan sus valores. Se puede confiar de modo incondicional en su honestidad y su moral. Honran sus compromisos. Son dignas de confianza. Se les conoce por hacer lo correcto.
Cuando contrato a un nuevo colaborador para nuestro departamento de auditoría interna acostumbro a darle la bienvenida personalmente y aprovecho la ocasión para recomendarle una de mis frases favoritas de Mark Twain:
“Siempre haz lo correcto. Esto complacerá a algunos y asombrará al resto.”
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