La falta de tono a la cabeza o ejemplo en la cultura
organizacional facilita las conductas antiéticas en todo su contexto. Como en
cualquier grupo, los líderes son los que imponen el tipo de cultura y
ejemplarizan con su comportamiento con valores o sin ellos. De ahí qué si el
objetivo es disuadir, la mejor práctica es tener cero tolerancia a cualquier
actividad anti ética y actitud férrea para no dejarse tentar sin importar las
condiciones. Tal ejemplo viene desde la cabeza de la organización, entendiéndose
desde los accionistas, junta directiva y demás personas que ejercen algún
control y/o tienen personal a cargo.
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