La
palabra entusiasmo proviene etimológicamente del latín enthusiasmus, y este del griego
ἐνθουσιασμός, que significa tener un Dios dentro de sí (estar inspirado por Dios). Los
antiguos griegos creían que el entusiasmo era un don del cielo, o sea, una
suerte recibida que conviene proteger.
Ahora
bien, apliquemos este término a nuestro trabajo:
¿Cómo ve usted su trabajo?
¿Qué representa para usted el trabajo?
“El trabajo es amor hecho visible”
Kahlil
Gibran
El trabajo no es una condena, un mal
necesario, sino una forma maravillosa y cabal de realización humana. Creo
decididamente en el trabajo, en el cansancio por el deber cumplido, en la
constancia tenaz para lograr los objetivos y en la vocación personal. El trabajo representa una carrera, una formar de contribuir
a la sociedad, un cometido noble y un don extraordinario.
La función principal del intelecto es dirigir
la conducta, por lo que tenga la convicción de crecer diariamente a través de
aumentar sus conocimientos, incrementar sus destrezas, mejorar sus hábitos de
trabajo, emplear de forma más creativa las herramientas tecnológicas
disponibles, con la finalidad de obtener un mejor resultado del esfuerzo de su
trabajo.
¿Te ha
gustado el consejo? ¡Compártelo con otro auditor interno!
No hay comentarios:
Publicar un comentario