Jesús Aisa
Sánchez-Horneros
Después de un corto periodo
vacacional, vuelvo a atender el blog con el que tengo la oportunidad de exponer
algunas ideas o comentarios que considero podrían ser de utilidad en el
objetivo en el que estamos comprometidos, que no es otro que el de conseguir
facilitar a las organizaciones el proceso hacia la sostenibilidad.
En este objetivo, como ya
hemos tenido ocasión de comentar, en el ámbito de las organizaciones considero
que es básico el disponer de un Sistema de Gestión Ambiental (SGA), el cual,
como componente e integrante del sistema general de gestión de la organización,
aporte los criterios para encauzar, medir y evaluar el funcionamiento de la
misma, con el que asegurar que sus operaciones se lleven a cabo de forma
alineada con la reglamentación ambiental aplicable y la política corporativa
definida internamente.
Como todo sistema de
gestión, los Sistemas de Gestión Ambiental no consiguen por sí mismos una
disminución inmediata del impacto ambiental de las organizaciones, sino que son
instrumentos que posibilitan a las mismas la consecución del nivel ambiental
que ellas deseen.
Es decir, la mejora del
comportamiento ambiental, es el fin; en tanto que los Sistemas de Gestión
Ambiental son el medio para conseguirlo.
En este entorno, un elemento
fundamental de los SGA es el correspondiente a la forma de valorar la situación
real en el que la empresa se encuentra, para lo cual se hace preciso
interpretar las informaciones y datos de que se disponga, pero ejerciendo sobre
ella un control efectivo que permita resumir los datos
existentes y apoyar de esta forma a los directivos en su toma de decisiones.
Escenario en el que asumen un gran protagonismo los denominados Indicadores Ambientales, que no son más que
información simplificada y cuantificada que ayudan a explicar cómo cambian
las cosas a lo largo del tiempo o del espacio.
Si bien en el ámbito de las
auditorías internas operativas son de uso frecuente los denominados KRI´s,
indicadores de riesgos clave por su siglas en inglés, o los KPI´s, para los
indicadores claves de desempeño, en la actividad ambiental se utilizan los
denominados Indicadores Ambientales, los cuales deben sintetizar la información
disponible en las Organizaciones en un grupo de ratios representativos de los
aspectos más significativos de estas,
ayudándolas a gestionar, cuantificar y comunicar a las partes interesadas, su
comportamiento ambiental, permitiendo establecer objetivos medioambientales
cuantificables que pueden utilizarse para medir el éxito o fracaso de las
actuaciones que hayamos efectuado
Pero ¿Qué Indicadores
Ambientales deben implantar las organizaciones?
Pues bien, la respuesta no
es sencilla. Ya que esto dependerá de muchos factores, como son, el tipo de
organización al que nos refiramos, la localización geográfica de la misma, o
los impactos ambientales derivados de su actividad.
En este contexto las
organizaciones deberían seleccionar aquellos indicadores ambientales que
resulten más relevantes para su actividad, para lo cual deberemos hacernos una
serie de preguntas para determinar aquellos que vayamos a emplear y calcular.
Como se ha comentado al
principio del artículo, el SGA, como Sistema de Gestión Empresarial que
es, ha de estar basado en un ciclo de
mejora continua, en el que, año tras año, se vaya incrementando el nivel de
exigencias que debamos requerirle.
No obstante lo anterior,
cuando una empresa está dando sus primeros pasos, en su largo, pero
satisfactorio camino hacia la sostenibilidad, es muy probable que surjan
algunas preguntas respecto de los indicadores ambientales que podríamos
emplear. Como por ejemplo las que a continuación se señalan:
¿Cuál es la magnitud del
impacto sobre el medio que entendemos razonable?
¿Qué esfuerzo supondrá
conseguir los datos?
¿Cuál será la fiabilidad de
los datos?
¿Servirán para implantar o
mejorar planes de acción a corto o largo plazo?
¿Serán comparable a lo largo
del tiempo?
¿Qué aspectos son
importantes en mi área de actuación y de impacto?
Atendiendo a lo que señalan
los expertos en estos temas, lo que debemos tener muy presente para poder
contestar estos interrogantes, es que un paso previo en el establecimiento de
los indicadores ambientales es hacer el inventario de los problemas ambientales
de nuestro entorno.
Para ello podemos utilizar
varias herramientas existentes actualmente, como por ejemplo el Environmental
Performance Index, que nos ofrece información detallada por país en temas
relacionados con la vitalidad de los ecosistemas (Biodiversidad, agua, cambio
climático…) y la salud ambiental (Calidad del aire, impactos sobre la salud…)
Así pues las organizaciones
deberían empezar por conocer dónde se ve más afectado el medioambiente por sus
actividades y qué efectos causan. Basándose en esta información, los primeros
indicadores ambientales se deben seleccionar e integrar en un sistema, donde se
tengan en cuenta consideraciones internas y externas, comparándose entre ellas.
Jesús Aisa Sánchez-Horneros. Es Ambientólogo por estudios,
experto en cambio climático por experiencia laboral y defensor y creyente de la
sostenibilidad por convicción propia.
Esta
información fue tomada del Blog
Sostenibilidad Tangible, el mismo está orientado a temas
relacionados con la responsabilidad corporativa, y sus artículos hacen especial hincapié en la implantación de
los sistemas de gestión ambiental, y en sus auditorías. Por lo tanto esta
especialmente dirigido a los responsables de sostenibilidad, medio ambiente y
unidades de auditoría de las organizaciones, tanto públicas como privadas.
Estero que visiten frecuentemente el
Blog Sostenibilidad Tangible.
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