Fernando Mairata
¿QUÉ
ES UN FRAUDE INTERNO?
Hablamos de fraude interno cuando nos encontramos con
personal de la propia empresa, empleados o directivos, que hacen uso de su
posición y/o funciones tanto para obtener algún tipo de beneficio propio como
para causar de manera intencionada un perjuicio a la empresa para la que
trabajan.
Es una definición propia, por lo tanto, probablemente
incorrecta o inexacta, pero es el concepto base a partir del que hablaremos
aquí.
PRINCIPALES
FRAUDES INTERNOS EN ESPAÑA.
COMISIONES.-
¿Lo habíais adivinado, verdad? No me cabe duda alguna.
Probablemente sea uno de los pocos ejemplos en que el
sector público está muy adelantado frente al privado, punteros y con un
nivelazo internacional, pero en las grandes empresas ocurre también con
asiduidad. Tal vez se deba a que según qué grandes empresas acaban con
estructuras tan cargadas como un mini estado.
Los que os habéis dedicado alguna vez a la actividad
comercial, dentro o fuera de la investigación privada y en cualquier sector,
sabréis bien de qué os hablo. Por desgracia es algo muy extendido y con lo que
te topas de manera regular. Desde el exterior, tanto como cliente como
ofreciendo servicios o productos como proveedor, es realmente muy fácil de
detectar, o al menos de sospechar de ello.
¿Un jefe de compras que rechaza una muestra gratuita?
Difícil de justificar de manera objetiva, terriblemente sospechoso y
asombrosamente común.
¿Una oferta por un precio más barato y de igual o
mayor calidad que es rechazada con argumentos técnicos inverosímiles? Más común
aún.
Y ya no hablemos de los que, sin apenas conocerte o no
conociéndote en absoluto, te insinúan desde el primer momento que “cambiar
cuando ya está bien lo que tienen ahora puede llevarle problemas y que a ver
qué gana él”.
Todo esto es muy sencillo de detectar desde el
exterior, pero desde dentro…
Hablaremos de cómo prevenirlo en los
siguientes posts.
EMPRESAS
FANTASMA
Hoy, en la nave del misterio, hablaremos de empresas
que facturan y pagan impuestos como las demás, hasta aquí todo normal, lo
extraordinario viene cuando investigas sus actividades reales o su cantidad de
trabajo y adviertes que no se corresponde con lo facturado.
Este fenómeno acostumbra a darse en la periferia,
entendida ésta como las zonas alejadas de la sede central. La estructura
habitual de las grandes compañías tiende a ser centralizada tanto en sus
órganos de control como en el control de esos órganos, mientras que dejan a
cargo de delegados su representación en otras ciudades y provincias.
El control de la central sobre estos “virreyes” suele
ser más relajado de lo que la mayoría de empresas está dispuesta a reconocer.
Curiosamente, para mayor desasosiego, la gran mayoría de entradas de dinero
viene a través de estas delegaciones por lo que el peligro es inmenso.
En la pelea entre productividad y control suele ganar
la productividad, y se confieren poderes a estos delegados para contratar a
dedo proveedores de la zona. Es completamente lógico y si el delegado es una
persona honrada que mira por el bien general de la empresa (lo cual ocurre en
la gran mayoría de ocasiones) todo funciona mucho mejor.
El problema es, ¿Cómo puede controlar una central cuantas
veces se limpian las ventanas, cuantas horas hace la limpieza la encargada o
hasta qué punto se lleva a cabo de manera eficiente el mantenimiento de
vehículos?
Es muy sencillo crear una empresa que se encargue de
los principales servicios secundarios que se realizan en la empresa principal,
bien sea directamente o por medio de testaferros, y el delegado se
“autocontrate” para ofrecer esos servicios a un coste fuera de mercado o, más
fácil aun, con un beneficio mucho mayor al no ejecutarse realmente los
servicios pagados.
Limpiar las cristaleras una vez al mes y facturar
semanalmente, una mujer de la limpieza 5 horas al día cuando viene 3 horas 3
veces por semana.
Sencillo y habitual.
VENTA,
TERGIVERSACIÓN O MAL USO DE INFORMACIÓN CONFIDENCIAL.
No se refiere solo a la venta de información de la
propia empresa sino también del uso de posible información confidencial de la
que la empresa madre es depositaria y que es usada por alguno de sus empleados
o ejecutivos en su propio interés.
Un ejemplo para mi escandaloso y absolutamente
bochornoso, de escasa repercusión mediática por motivos obvios, es la continua
filtración de asuntos judiciales a los medios de comunicación. En un país
normal sería excepcional que se publicase una resolución judicial en los medios
antes de haberse comunicado a las partes, aquí es el pan de cada día.
Pero bueno, dejemos el sector público y volvamos al
privado.
Bancos, auditorías, gestorías, compañías de seguros,
etc… disponen de información de gran valor para la competencia. Esa información
puede ser “vendida” a terceros para otorgarles una posición de ventaja en un
mercado de libre competencia.
Por supuesto la venta de información es de especial
importancia en empresas con un gasto en I+D elevado, empresas tecnológicas e
incluso de diseño o publicidad. Para estas empresas la falta de control lleva
directamente al cierre.
LOS
FRAUDES ORGANIZADOS.
Nos referimos a fraudes llevados a cabo necesariamente
por dos o más personas, sean ambas internas o algunas internas y algunas
externas.
Un ejemplo típico de confabulación
interna-externa sería el pago por reclamaciones fraudulentas. Desde
reclamaciones a un seguro por accidentes que no han existido y que se abonan
sin discusión hasta devoluciones de productos en perfecto estado una vez ya no
son necesarios.
Sobre confabulaciones entre dos o más trabajadores de
una misma empresa hay mil variantes, lo que es seguro es que en estos temas
”sumar multiplica”, al menos las cantidades sustraídas. Pueden realizarse pagos
ficticios, falsas contrataciones, etc.. el abanico es tan amplio como la
capacidad imaginativa de los españoles, mucho.
Debido al potencial de daño de estos fraudes
organizados, acabar con ellos debe ser la primera de las prioridades.
Este artículo fue publicado en su Blog Fraude Interno, el cual es un Blog
creado con el objetivo de compartir conocimientos e inquietudes relacionados
con el fraude interno, tanto con profesionales de la auditoria interna como con
cualquier empresario o directivo que no disponga de un departamento de auditoria
interna en su organización. Para mayor información debes visitar:
https://fraudeinterno.wordpress.com/.
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Excelente post. Recién me encuentro con este blog. Magnífico!
ResponderEliminarMuchas gracias, Mario por leer nuestras reflexiones sobre la profesión de auditoría interna. Saludos,
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