Jesús Aisa Díez
Un aspecto de
reiterado interés en los foros en los que se debaten temas relativos a la actividad
de auditora, bien sea ésta interna o externa, es el correspondiente al “riesgo
de auditoría”. El cual, de acuerdo con lo que establece la NIA 200 “Objetivos y
Principios que Gobiernan la Auditoria de Estados Financieros”, se produce cuando
un auditor externo emite una opinión errónea acerca de la razonabilidad de los estados
financieros de una entidad. Llegándose a determinar sus componentes: (i) el Riesgo
de representación errónea y (ii) el Riesgo de detección.
El Riesgo de
representación errónea, es el riesgo imputable a la entidad y tiene dos
componentes:
Ø
El riesgo inherente. Aquel que se deriva
de la posibilidad de que las partidas estén registradas, valoradas, presentadas
o reveladas en forma errónea. Siendo la administración de la Sociedad auditada la
responsable de diseñar e implementar los mecanismos necesarios para reducir los
posibles efectos que pueda traer este tipo de riesgo sobre los estados
financieros.
Ø
El riesgo de control. Es el derivado de
que los sistemas de control interno y control contable, diseñados e implementados
por la administración de la entidad, sean incapaces de prevenir, o en su
defecto de detectar y corregir, errores de importancia relativa en las cifras
de sus estados financieros.
En tanto que El
riesgo de detección, es la incertidumbre respecto a que el auditor
independiente no descubra los riesgos de representación errónea que pudieran
existir en las aseveraciones de la empresa, y es función de la efectividad del
procedimiento de auditoría empleado y de su aplicación por el auditor. Es por
tanto un fallo responsabilidad directa del auditor. De su materialización dependerá
la calidad del trabajo realizado, ya que de materializarse no se habría conseguido
aportar la seguridad razonable sobre la fiabilidad de la información elaborada
y difundida a los mercados, pues el trabajo no estaría bien hecho, faltándole
la calidad requerida. Siendo esto, en forma coloquial, la manera de entender el
riesgo de auditoría.
Por ello,
desde mi punto de vista, estimo qué cuando nos refiramos a los riesgos de
auditoría, debiéramos ocuparnos fundamentalmente de las circunstancias que
afecten a su desarrollo, y que pudieran impedir obtener una opinión certera
sobre la situación del control interno de los procesos auditados, es decir: los
factores de riesgo que puedan afectar a la bondad de la actividad auditora,
independientemente de las formas en que el riesgo pueda presentarse; ya que así
podremos adoptar las decisiones que sean pertinentes para que las auditorías
dispongan de la calidad requerida para hacer válidas sus conclusiones y recomendaciones.
Respecto de
las auditorías internas los factores de riesgo que pueden afectar a las
características de los trabajos realizados, entendemos que vendrán
condicionadas, en gran medida, por:
1.
Recursos disponibles inadecuados, por
cantidad y/o conocimientos.
2.
Programa de actividad mal seleccionado.
3.
Falta de autoridad de la Unidad.
4.
Capacidad supervisora limitada.
5.
Independencia de criterio condicionada o
limitada.
6.
Falta de compromiso del Directorio en
disponer de un buen Control Interno.
Factores que,
excepto el correspondiente a la selección del Programa de la actividad (Plan
Anual de Auditoría), dependen de las correspondientes decisiones gerenciales
con las que puedan ser resueltos. Para ello los Directores de Auditoría
disponen de un aliado al cual recurrir, los Comités de Auditoría y Control; ya que siendo el órgano de control sobre el
que recae la responsabilidad de evaluar la eficacia y eficiencia de la Unidad
de Auditoría Interna, también lo es en la de habilitar los medios y condiciones
de trabajo con las que desarrollar adecuadamente la actividad auditora.
Disponer de
ellos es condición sine qua non para
trabajar en la forma que permita atender las expectativas de todas las partes
interesadas, por lo que, en su caso, tendremos que dejar evidencias de nuestras
solicitudes al respecto, a través de las actas de los Órganos de decisión y control
a dónde hayamos acudido, y así poder en su momento exponer las gestiones
realizadas.
Adicionalmente,
y en la medida de lo posible, otra vía con la que podríamos resolver los
problemas estructurales de capacidad de gestión que pudiésemos tener, es la de
someterse una evaluación externa de calidad según las Normas del Instituto of Internal Auditors, en la
que apalancarse posteriormente en la resolución de las debilidades puestas de manifiesto.
Vista la
posible doble estrategia a seguir, veamos, aunque sea brevemente, cuales son
los factores de riesgo a los que nos estamos refiriendo:
1º. Recursos disponibles inadecuados, por
cantidad y/o conocimientos. Resulta claro que no disponer de los
recursos humanos, materiales o financieros precisos para desarrollar el Plan de
Auditoría, y los trabajos individuales de auditoría, es una limitación básica
para ejercer la actividad. De ser así, nuestro aporte de valor a la
organización quedaría muy resentido.
2º. Programa de actividad mal seleccionado. El Plan de
trabajo debe concretarse en base a los
riesgos que se observen puedan afectar a los objetivos de la Organización,
incidiendo en los procesos de gestión de riesgos, control y gobierno
corporativo que se vean afectados.
3º. Falta de autoridad de la Unidad. La Unidad
de Auditoría Interna debe disponer de un nivel adecuado en la estructura organizativa,
así como de una dependencia jerárquica que permita poder tener interlocución y
supervisión de cualquier nivel gerencial de la empresa. La alta dirección
también.
4º. Capacidad supervisora limitada. La
definición del Plan de Auditoría no debe contemplar áreas de la compañía que
queden excluidas de las posibles evaluaciones, ni tampoco que existan procesos,
actividades, aplicaciones o información, consideradas reservadas y ocultas a la
auditoría.
5º. Independencia de criterio condicionada o
limitada.
La actividad de la Unidad de Auditoría Interna debe realizarse sin
interferencias de ningún gestor u órgano de la compañía, que pretenda influir
en la objetividad de los trabajos.
6º. Falta de compromiso del Directorio en
disponer de un buen Control Interno. El
Directorio es el responsable de fijar la estrategia y la visión global del
negocio. Sin su apoyo la Unidad de Auditoría Interna reducirá su rol a cubrir
aspectos estéticos.
En resumen,
nuestra labor como auditores resulta básica para poder asegurar razonablemente
el adecuado control interno de la organización, pero no somos los responsables
de que eso sea así, nos corresponde como a los fiscales que instruyen los
procedimientos, analizar objetivamente la situación observada, concluyendo y
recomendando medidas, para lo cual se requieren medios, condiciones de trabajo
y capacidad para investigar. Si no disponemos de estos requisitos, los riesgos
de no actuar adecuadamente serán inevitables, y estaremos condenados a hacer un
mal trabajo. Espero que no sea así.
Jesús
Aisa Díez Ex-Subdirector General
Corporativo de Auditoría Interna de Telefónica SA. Director Proyectos de
Evaluaciones de Calidad del IAI España. Director Técnico de FSH Consulting.
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Excelente artículo estimado Nahun.
ResponderEliminarAñadiría el riesgo que él comité de auditoría no discuta y tome acciones adecuadas sobre los temas reportados. El comité de auditoría debe analizar las observaciones y recomendaciones realizadas por la Unidad de Auditoría Interna y evaluar si los planes de acción propuestos son los correctos.
Esta instancia es muy importante para que el Directorio, en caso se requiera tome conocimiento sobre los hallazgos detectados. El comité no debe quedar en una mera reunión de reporte.
Estimado Franz, estoy totalmente de acuerdo con su opinión, de hecho creo que lo que apunta, que el Comité de Auditoría no ejerza sus responsabilidades supervisando el trabajo de la función auditora,es un aspecto básico para que el control interno de la organización se deteriore.Esa indeseable situación estaría incluida dentro del último apartado, el que se identifica con la falta de compromiso del Directorio con respecto a disponer de un buen Control Interno,ya que se podría identificar, entre otras situaciones, al permitir tener un Comité de Auditoría que no cumpla con sus obligaciones.
ResponderEliminarEs muy bueno el articulo, valoro mucho los puntos analizados y también me hace ver las debilidades que existen. Otro punto importante en el cual hay que tomar en cuenta es que al realizar la Auditoria la dirección administrativa o gerencias, no quieran reunirse con el directorio de auditoria, esto afecta la sociabilización de los hallazgos y los mismo pierden carácter urgencia.
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