domingo, 28 de diciembre de 2025

viernes, 26 de diciembre de 2025

Confiabilidad y la ética

Dr. Nicolás Chafloque Bendezú

La confiabilidad y la ética pueden comprenderse de manera armónica como dimensiones interdependientes de una misma realidad, más que como conceptos jerárquicos o secuenciales. Ambas se integran en un enfoque holístico, en el que los valores orientan la acción y la acción, a su vez, reafirma los valores.

La ética aporta el sentido de lo correcto y lo justo, mientras que la confiabilidad expresa la vivencia sostenida de ese sentido a través de la integridad y el compromiso demostrados de forma consistente. No se trata de que una anteceda o domine a la otra, sino de que coexisten y se retroalimentan: la ética se hace tangible cuando se manifiesta en conductas confiables, y la confiabilidad adquiere profundidad cuando está anclada en principios éticos compartidos.

En esta visión integrada, la confiabilidad no es solo cumplimiento, ni la ética solo intención. Juntas conforman una unidad en la que el comportamiento cotidiano, las decisiones difíciles y la responsabilidad asumida reflejan simultáneamente valores éticos y fiabilidad práctica. Así, ética y confiabilidad se configuran como un mismo tejido: inseparables, coherentes y esenciales para generar confianza genuina y sostenida en las relaciones humanas y organizacionales.

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lunes, 22 de diciembre de 2025

Participación en Podcast: Sin líneas, Sin Límites

El colega Andrew Douglas, nos invitó a Sin Líneas, Sin Límites, el cual es un podcast disruptivo con anécdotas, historias inéditas, mejores prácticas y estrategias innovadoras para el mundo GRC. Aquí puedes ver nuestra participación.

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domingo, 21 de diciembre de 2025

viernes, 19 de diciembre de 2025

Las Normas Globales de Auditoría Interna (NOGAI): el juicio profesional como espacio decisional y eje de la práctica del Auditor Interno

Por Dr. Nicolás Chafloque Bendezú

Introducción


La auditoría interna contemporánea se desarrolla en entornos organizacionales caracterizados por complejidad, incertidumbre y riesgos emergentes. En este contexto, la mera aplicación

mecánica de normas y procedimientos resulta insuficiente. Las Normas Globales de Auditoría Interna (NOGAI), emitidas por el Institute of Internal Auditors (IIA), reconocen esta realidad al otorgar un papel central al juicio profesional, mencionado de manera reiterada a lo largo del marco normativo como condición indispensable para una auditoría interna eficaz y con valor agregado.


Desde una perspectiva conceptual, esta exigencia normativa puede comprenderse a la luz de la reflexión de Viktor Frankl, quien afirma que “entre el estímulo y la respuesta hay un

espacio; en ese espacio está nuestro poder para elegir nuestra respuesta; en nuestra respuesta yace nuestro crecimiento y nuestra libertad”. En auditoría interna, dicho espacio

representa el ámbito donde el auditor analiza, evalúa y decide conscientemente cómo actuar frente a la evidencia, los riesgos y las presiones del entorno. Este ensayo analiza el juicio

profesional como eje articulador del ciclo mental del auditor y como punto de inflexión normativo y ético dentro de las NOGAI.


El ciclo mental del auditor interno: de la idea a la acción profesional


Toda actuación del auditor interno es el resultado de un proceso cognitivo previo. Antes de cada procedimiento ejecutado hubo un razonamiento; antes de cada hallazgo comunicado,

una interpretación; y antes de cada recomendación, una evaluación crítica. Este ciclo mental, que transita del pensamiento a la palabra y de la palabra a la acción, determina la calidad y credibilidad del trabajo de auditoría.


Las NOGAI reconocen implícitamente este proceso al exigir que el auditor ejerza debida diligencia profesional, que es el acto de investigar y comprender los riesgos que enfrenta la

empresa (u organización gubernamental), y la aplicación cuidadosa y reflexiva de conocimientos, habilidades y experiencia en cada encargo. El auditor no responde de forma

automática ante el estímulo —información, evidencia o situación observada—, sino que se detiene en ese espacio intermedio donde pondera la suficiencia, pertinencia y confiabilidad de la información antes de actuar. Allí se activa el juicio profesional como capacidad deliberativa y no meramente procedimental.


El juicio profesional en las NOGAI: fundamento normativo y principios rectores


El juicio profesional es mencionado de manera explícita en las NOGAI en múltiples disposiciones, lo que evidencia su carácter transversal. Este concepto se encuentra especialmente vinculado con el Principio 2: Integridad y el Principio 4: Competencia y debido cuidado profesional.


El Principio 2 establece que el auditor interno debe actuar con honestidad, responsabilidad y coherencia ética, lo cual exige evaluar cada situación con criterio propio y no limitarse a

cumplir formalmente la norma. A su vez, el Principio 4 dispone que los auditores deben poseer y aplicar los conocimientos, habilidades y otras competencias necesarias para desempeñar sus responsabilidades, lo que implica ejercer juicio profesional al seleccionar técnicas, determinar el alcance de los trabajos y evaluar riesgos relevantes.


Asimismo, las NOGAI señalan que el juicio profesional debe aplicarse durante todas las etapas del encargo de auditoría: planificación, ejecución, comunicación de resultados y

seguimiento. Esta reiteración normativa confirma que el juicio no es un acto aislado, sino un proceso continuo que acompaña toda la labor del auditor interno.


El juicio profesional como punto de inflexión del Auditor Interno


El ejercicio del juicio profesional constituye un punto de inflexión en la práctica del auditor interno, en tanto diferencia una auditoría meramente formal de una auditoría que agrega

valor. En contextos donde la norma no ofrece respuestas cerradas, el auditor debe interpretar la realidad organizacional, considerar el contexto estratégico y evaluar las posibles

consecuencias de sus conclusiones.


En términos conceptuales, el “espacio” al que alude Frankl se materializa en la auditoría interna cuando el auditor interno decide cómo responder ante hallazgos sensibles, limitaciones de alcance o presiones indebidas. En ese espacio se expresa su independencia mental, su madurez profesional y su compromiso con el interés de la organización. La calidad

del juicio profesional ejercido en estos momentos críticos define no solo la solidez del informe de auditoría, sino también la confianza depositada en la función.


Conclusión


Las Normas Globales de Auditoría Interna reconocen que la esencia de la auditoría no reside exclusivamente en el cumplimiento normativo, sino en la capacidad del auditor para ejercer juicio profesional de manera consciente, ética y competente. El ciclo mental que antecede a cada acción profesional, junto con los principios de integridad y debido cuidado profesional consagrados en las NOGAI, configuran ese espacio decisional donde el auditor elige cómo actuar.


En dicho espacio se manifiesta el verdadero valor de la auditoría interna: un ejercicio reflexivo que transforma información en conocimiento, y conocimiento en decisiones que

fortalecen la gobernanza, la gestión de riesgos y el control interno. Así, el juicio profesional se consolida como el eje normativo y práctico que sostiene la credibilidad y relevancia de la profesión.


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lunes, 15 de diciembre de 2025

Entre Círculos y Presiones: Integridad y Confiabilidad como Fundamentos del Auditor Interno

Dr. Nicolás Chafloque Bendezú

«...círculos, círculos; innumerables círculos, concéntricos, excéntricos; un remolino centelleante de círculos que, por su multitud enmarañada de curvas repetidas, uniformidad de forma y confusión de líneas entrecruzadas, sugería una representación del caos cósmico, el simbolismo de un arte desquiciado que intenta lo inconcebible.» 1 Joseph CONRAD, «El agente secreto»

La integridad constituye el pilar esencial de la auditoría interna y, al mismo tiempo, el elemento diferenciador que permite al auditor interno desenvolverse con firmeza en escenarios organizacionales complejos. Su relevancia se potencia cuando se la interpreta a través de imágenes simbólicas, como las que aparecen en El agente secreto de Joseph Conrad, donde se describe un espacio saturado de “círculos, círculos; innumerables círculos… un remolino centelleante de círculos” que proyecta una “representación del caos cósmico”. Esta figura literaria refleja, de forma sorprendentemente precisa, el entorno en que operan los auditores internos: un sistema de intereses entrecruzados, presiones, expectativas y tensiones que pueden alterar el juicio profesional. En esa realidad compleja, la integridad emerge como la guía indispensable que preserva no solo la ética individual, sino también la confiabilidad del proceso auditor interno.

El Principio 1 de las Normas Globales de Auditoría Interna (NOGAI), estableciendo que el auditor interno debe actuar con integridad, entendida como la adhesión firme a valores morales y éticos, la honestidad en cada juicio profesional emitido y la valentía de sostener decisiones basadas en hechos incluso cuando ello implique incomodidad o consecuencias adversas. Este juicio profesional cobra sentido al observar la “confusión de líneas entrecruzadas” descrita por Conrad: un entorno donde distinguir lo correcto puede volverse difícil. En ese “remolino”, la integridad funciona como un punto fijo que orienta al auditor interno y, al hacerlo, sostiene la confiabilidad de su trabajo. Un auditor interno puede operar en un ambiente turbulento, pero su credibilidad se mantiene intacta si su conducta es ética, firme y coherente.

Así como los círculos descritos en el texto parecen perder dirección, en las organizaciones los auditores internos enfrentan presiones que pueden desviar el juicio profesional. Estas presiones pueden ser sutiles o explícitas, pero en todos los casos representan un riesgo directo para la independencia y para la confiabilidad de los informes producidos. Allí se pone a prueba la verdadera integridad: cuando el auditor interno, rodeado de estructuras concéntricas que inducen al desconcierto o a la complacencia, decide mantener su compromiso con la verdad verificable. La integridad, en ese sentido, no solo guía la acción correcta; garantiza que los resultados de su trabajo sean confiables para la dirección, los órganos de gobierno y las partes interesadas.

La metáfora de Conrad también ilumina la realidad de la auditoría interna como un ejercicio que se realiza entre capas dinámicas de información, riesgos y expectativas. Los “círculos excéntricos” evocan los múltiples niveles de impacto que puede tener una observación o un hallazgo. En un entorno donde la complejidad amenaza con desdibujar la objetividad, la integridad se convierte en un acto deliberado: seleccionar evidencia válida, resistir influencias indebidas y presentar conclusiones veraces. Esta conducta es la que permite que la auditoría interna sea percibida como un proceso confiable. La integridad, por tanto, es inseparable de la credibilidad profesional.

Asimismo, la integridad sustenta otros principios fundamentales: la objetividad, la competencia, el debido juicio profesional y la confidencialidad. Sin integridad, ninguno de estos elementos proporciona la confiabilidad necesaria para que la función de auditoría interna cumpla su propósito. Un informe técnicamente impecable, pero éticamente cuestionable, pierde valor. En cambio, cuando el auditor interno actúa con integridad, incluso en medio del caos organizacional, contribuye a generar claridad donde hay confusión y confianza donde existen dudas.

Finalmente, concebir la integridad como guía implica asumirla como un ejercicio permanente y activo. No es una condición estática, sino una práctica consciente en la que el auditor interno reafirma cada día su compromiso con los valores de la profesión. Frente al “arte desquiciado que intenta lo inconcebible” descrito por Conrad, el auditor interno no se deja arrastrar: mantiene su eje ético, y con ello preserva también la confiabilidad del sistema de control interno y del proceso de aseguramiento que se le confía.

En síntesis, la metáfora de los círculos y el caos permite comprender la profundidad del Principio 1. La integridad no solo orienta, sino que sostiene y distingue la actuación del auditor interno. En un entorno donde múltiples presiones se entrelazan y los caminos no siempre son claros, la integridad se convierte en la guía que garantiza la confiabilidad, la credibilidad y el propósito de la auditoría interna.

1 Traducción libre por el autor, y referido de: “García Márquez: Historia de un Deicido. Mario Vargas Llosa. Monte Avila Editores. Impresiones Barcelona-Caracas. 1971. Pág. 4 «...circles, circles; innumerable circles, concentric, eccentric; a coruscating whirl of circles that by their tangled multitude of repeated curves, uniformity of form, and confusión of intersecting lines suggested a rendering of cosmic chaos, the symbolism of a mad art attempting the inconceivable. » Joseph CONRAD, «The Secret Agent».

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domingo, 14 de diciembre de 2025

jueves, 11 de diciembre de 2025

CONAI Panamá 2026

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domingo, 7 de diciembre de 2025