Φραδής (fradis; ingenioso, listo, astuto)
Fraude es cualquier acto ilegal caracterizado por ser
un engaño, ocultación o violación de confianza, que no requiere la aplicación
de amenaza, violencia o de fuerza física, perpetrados por individuos y/u
organizaciones internos o ajenos a la entidad, con el fin de apropiarse de
dinero, bienes o servicios, procurarse ventajas o beneficios individuales,
mediante la frustración u omisión de controles, la violación flagrante de las
normas o políticas internas de la Entidad, el código de conducta o de gobierno,
así como los límites y/o actividades individuales permitidos, la defraudación,
malversación de activos y/o propiedad, soborno, contrabando, práctica ilegal de
venta o compra de acciones en Bolsa con información privilegiada.
¿Qué
responsabilidad tienen los auditores internos frente al fraude?
Las Normas Internacionales para la Práctica Profesional de la Auditoría
Interna establecen que los auditores internos deben cumplir su trabajo con el
cuidado y la aptitud que se esperan de un auditor interno razonablemente
prudente y competente.
El cuidado profesional exige la aplicación del cuidado y conocimientos
que se esperan de un auditor interno razonablemente prudente y competente en
iguales o similares circunstancias.
El cuidado profesional es, por tanto, el apropiado para las
complejidades del trabajo en ejecución. Ejercer el cuidado profesional implica
que los auditores internos estén alertas a la posibilidad de fraude, de hechos
intencionadamente incorrectos, errores y omisiones, ineficiencias,
despilfarros, ineficacias y conflictos de intereses. También implica estar
alertas a aquellas condiciones y actividades en las que es más probable que se
produzcan irregularidades. Esto también implica que los auditores internos
identifiquen los controles inadecuados y recomendar mejoras para promover el cumplimiento
de procedimientos y prácticas aceptables.
¿Está obligado
el auditor interno a detectar cualquier fraude que ocurra?
El auditor interno no puede ofrecer la seguridad absoluta de que no
existan irregularidades e incumplimientos en área que haya examinado. El
cuidado profesional implica prudencia y competencia razonables, no la infalibilidad
ni una actuación extraordinaria. El cuidado profesional exige que el auditor interno
lleve a cabo exámenes y verificaciones hasta un grado razonable. Sin embargo,
al emprender un trabajo de auditoría interna, el auditor interno siempre debe considerar
la posible existencia de incumplimientos e irregularidades significativas.
¿Te ha gustado
la información? ¡Compártela con otro auditor interno!
No hay comentarios:
Publicar un comentario