No eches la culpa a
los políticos. No eches la culpa a la organización para la cual trabaja. No
culpes a tus compañeros de trabajo y mucho menos a tu jefe. No eches la culpa a tu origen o al país donde vives. Hacerlo es hacerse la víctima, y en este
mundo ya hay demasiada gente que lo hace en lugar de estar brillando con luz
propia, compartiendo esa luz y marcando una profunda diferencia. La Madre
Teresa de Calcuta lo dijo mucho mejor de lo que yo nunca podré hacerlo: "Si
cada uno de nosotros barriera la puerta de su casa, este mundo sería un lugar
más limpio”.
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