miércoles, 29 de agosto de 2018

Un ruego profesional para el perito y/o testigo experto


Marta Cadavid, CAMS, CFE, AML
Hoy en día las ramas del Derecho o Leyes se han extendido tanto como los negocios donde las barreras físicas cada vez son menores, el tiempo de respuesta hace la diferencia en un servicio y de cualquier dificultad nace un emprendedor. Sin embargo, la complejidad comercial conlleva a la preparación de profesionales que respondan a un mercado mucho más activo y exótico para dirimir en temas contractuales poco comunes.

Al igual que la dinámica comercial, el sistema judicial también requiere de cambios que estén a la altura para proteger los derechos de todos aquellos que acuden de una u otra manera a los estrados judiciales para dirimir sobre un tema específico en el marco de la Constitución y bajo los principios de equidad y debido proceso. Para proteger tales principios, el sistema judicial acude a profesionales expertos, testigos expertos, y/o peritos a través de la prueba pericial.

El objetivo de la prueba pericial es proporcionar al juez los conocimientos relacionados con determinado tema, en los cual el testigo experto tiene el dominio y la pericia técnica y científica de la que el ente juzgador carece para dirimir las controversias entre las partes. Dicho prueba pericial o peritaje tiene inmersos métodos científicos y técnicas precisas para calificar, evaluar, apreciar elementos y eventos propios del caso en cuestión, los cuales pueden ser admitidos o negados dependiendo la hipótesis inicial.

Siendo el peritaje una actividad realizada por personas esencialmente calificadas a través de un encargo previo judicial para proveer un dictamen con una exposición técnica valorativa, el perito y/o testigo experto debe tener las calidades, cualidades y credenciales con mayores estándares de la industria para aportar su pericia al caso.

Como es bien sabido, un proceso judicial tiene varias instancias que cambian de país a país, y entre ellas es la valoración o calidad de los testigos expertos. Cada contraparte representada por su abogado puede impugnar el testigo experto dentro del juicio. Una de las tareas que tienen los abogados en un proceso judicial que incluye un testigo experto y/o perito es la desacreditación del mismo para invalidar el dictamen presentado. Para ello el abogado de quien no está de acuerdo con el dictamen o perito, no ahorrará esfuerzos y hará la debida diligencia para en lo posible encontrar detalles que pueden desacreditar o restar credibilidad del perito. Los aspectos educativos, actividades profesionales, pasado laboral, entre otros estarán en la lista de chequeo, y si en alguno de los anteriores puntos hay áreas grises, serán los argumentos perfectos para desmeritar el perito y/o testigo experto con graves consecuencias.

Es por ello que ser perito y/o testigo experto requiere de un pasado profesional, laboral y educativo totalmente cierto, transparente y abierto, ya que un pequeño detalle hace la inmensa diferencia en un caso. A continuación, se encuentran los detalles más comunes por lo cuales un perito y/o testigo experto pierde credibilidad o es impugnado:

Las credenciales académicas son o fueron falsas. Aunque parece una falacia, la publicación de falsos certificados o diplomas es más común de lo que parece y especialmente en ramas del conocimiento que son muy particulares o de poca audiencia. No importa si el evento de falsedad hace parte del desespero, la huella siempre quedará especialmente cuando la debida diligencia se hace con juicio. De hecho, sorprende encontrar peritos y/o testigos expertos en áreas contables, financieras o delitos económicos con certificaciones falsas representadas en diplomas físicos elaborados con alta creatividad.

La inestabilidad laboral o de negocios hablan por sí solas del profesional. La constante creación de empresas o firmas temporales, cambios de la razón social, alta rotación de socios de negocios, entre otros, son aspectos que inciden negativamente en la presentación de un perito y/o testigo experto. La diversidad empresarial le resta enfoque a los atributos excepcionales por los cuales el perito y/o testigo experto fue encargado. Así mismo, un pasado laboral poco claro o inestable pueden ser razones por las cuales un perito puede ser desprestigiado en un juicio. Las hojas de vida son analizadas con extremo cuidado con el ánimo de evidenciar incongruencias o errores que sirvan para desmeritar la idoneidad perito.

La poca o pobre experiencia y técnica científica en la aplicación de metodologías. Cualquier afirmación en contrario, inconsistencia científica, información incompleta, irrespeto a los procedimientos técnicos, herramientas tecnológicas desactualizadas, carencia de licenciamiento tecnológico, o tiempo de respuesta son errores imperdonables que busca la contraparte. En los procesos de debida diligencia, los casos complejos cobran valor cuando son exitosos; sin embargo, cuando tales casos fueron desfavorables, las contrapartes esgrimirán todos estos detalles para impugnar la participación del perito y/o experto por su falta de experiencia y técnica científica.

La generación de ruido por incumplimiento profesional, discrepancias con terceros, problemas financieros, uso inadecuado de las redes sociales, comentarios racistas, entre otros aspectos serán los argumentos que cualquier abogado busca para tener en la cuerda floja a los peritos y/o testigos expertos que por cualquier razón olvidaron los valores, la ética y la moral en un chispazo de vida. La sensibilidad de un caso puede verse seriamente afectada por un comentario olvidado en cualquier aplicación o incluso puede conllevar a sanciones disciplinarias.

Ser perito y/o testigo experto requiere más allá de conocimiento, técnica y experticia, ya que, a la hora de aportar un dictamen, los detalles personales menos deseables saldrán a flote con el ánimo de desacreditar al perito. El uso de la debida diligencia y las herramientas de investigación aportan información valiosa para cuestionar o defender al perito y/o testigo experto ante los tribunales. Por lo tanto, cualquier conducta inapropiada o práctica antitética o culturalmente inadecuada demolerá el concepto científico mejor preparado.

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