viernes, 4 de octubre de 2013

Síndrome de los Cuatro Puntos

¿Qué nos impide cambiar?

Robin Sharma, siempre lúcido y provocador, escribió la teoría del Síndrome de los Cuatro Puntos, la cual comparto contigo a continuación:

He aquí las cuatro cosas que nos impiden realizar los cambios que queremos:

Miedo. La gente teme abandonar la seguridad de lo conocido y aventurarse en lo desconocido. Los seres humanos anhelan la certidumbre aunque suponga una limitación para ellos. A la mayoría de nosotros no nos gusta probar algo nuevo; nos incomoda. En este punto, la clave consiste en controlar nuestro miedo haciendo precisamente aquello que tememos. Esa es la mejor manera de superar el miedo. Hazlo hasta que se lo pierdas. Los miedos de los que huyes corren hacia ti. Los miedos que no controlas te controlan. Pero, tras todo miedo, se esconde un valioso tesoro.

Fracaso. Nadie quiere fracasar. En consecuencia, la mayoría de nosotros ni siquiera lo intenta. Qué triste. Ni siquiera damos ese primer paso para mejorar nuestra salud, para mejorar nuestras relaciones personales o laborales o para hacer realidad un sueño. En mi opinión, el único verdadero fracaso que existe es el de no intentarlo. Y creo sinceramente que el peor riesgo que uno puede correr es no asumir riesgo alguno. Da ese pequeño paso y hazlo deprisa. La estrella del baloncesto Michael Jordan ha dicho: “Nunca hubo miedo en mí, no tuve miedo a fracasar. Podía fallar un lanzamiento, ¿y qué?”. El fracaso es una parte consustancial del éxito. No puede existir el éxito sin el fracaso.

Olvido. Seguramente saldremos de un seminario tras una charla enriquecedora dispuestos a cambiar el mundo. Pero al día siguiente llegamos a la oficina y la realidad se impone: compañeros de trabajo difíciles, clientes exigentes a los que satisfacer, proveedores poco flexibles, jefes implacables… No nos queda tiempo que dedicar a las promesas que nos hicimos de ponernos en camino hacia el liderazgo personal y profesional. Por tanto, las olvidamos. He aquí una clave para el éxito: mantén tus promesas frescas en tu mente. Ten conciencia de ellas. A más conciencia, mejores decisiones. A mejores decisiones, mejores resultados. Mantén tu compromiso en el centro de tu visión. No lo olvides. Escríbelo en un papel y pégalo en el espejo del cuarto de baño para leerlo todas las mañanas. Parece una tontería, pero funciona estupendamente (deberíais ver el espejo de mi cuarto de baño). Habla de él a menudo (ya sabes que te conviertes en aquello de lo que hablas). Escríbelo en tu diario todos los días.

Fe. Hay demasiada gente que no tiene fe. Son descreídos. Dicen: “Esta historia del liderazgo y del desarrollo personal es una chorrada” o “Soy demasiado viejo para cambiar”. El descreimiento surge del desengaño. La gente descreída y sin fe no siempre ha sido así. De niños estaban llenos de esperanza y posibilidades, pero lo intentaron y seguramente fracasaron. Y en lugar de seguir en el partido y admitir que el fracaso es el camino del éxito, abandonaron y se convirtieron en cínicos. Fue su manera de evitar sentirse heridos nuevamente.

Aquí tienes los cuatro puntos que explican por qué nos resistimos a cambiar y a mostrar verdadero liderazgo en nuestras vidas. Compréndelos y podrás aprender a superarlos, porque tener conciencia de las cosas es la antesala del éxito.

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2 comentarios:

  1. Me bueno, me ayuda en clases para impartirlo a mis alumnos y ayudarlos a visualizar que les impide tomar decisiones en su vida profesional y laboral.

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