viernes, 4 de enero de 2019

Cómo aplicar el poderoso mensaje de "La Carta a García" en el Control Interno de las organizaciones

Por: Marco Hernando Bonilla M.
“Una Carta a García”. Un mensaje a la reflexión y cambio de actitud.

“Se palpa la necesidad de un capataz armado de garrote. El temor de ser despedidos el sábado por la tarde es lo único que retiene a muchos trabajadores en su puesto. Ponga un aviso solicitando una secretaria y de cada diez aspirantes, nueve no saben redacción, ortógrafa ni puntuación, podrán tales gentes llevar la carta a García?”
Cuál es el mensaje?... “Hubo un hombre cuya actuación en la guerra de Cuba culmina en los horizontes de mi memoria como culmina un astro en su perihelio.

Sucedió que cuando hubo estallado la guerra entre España y los Estados Unidos, palpose clara la necesidad de un entendimiento inmediato entre el Presidente de la Unión Americana y el General Calixto García ¿cómo hacerlo? Hallábase García en esos momentos Dios sabe dónde en alguna serranía perdida en el interior de la isla. Y era precisa su colaboración. Pero cómo hacer llegar a sus manos un despacho? ¿Qué hacer? Alguien dice al presidente: "Conozco a un hombre llamado Rowan. Si alguna persona en el mundo es capaz de dar con García es Rowan.

Cómo el sujeto que lleva por nombre Rowan toma la carta, la guarda en una bolsa que cierra contra su corazón, desembarca a los cuatro días en las costas de Cuba, desaparece en la selva primitiva para reaparecer de nuevo a las tres semanas al otro extremo de la isla cruzando un territorio hostil y entrega la carta a García, son cosas de las cuales no tengo especial interés narrar aquí.

El punto sobre el cual quiero llamar la atención es este: "McKinley da a Rowan una carta para que la lleve a García. Rowan toma la carta y no pregunta: ¿dónde podré encontrarlo ?". !Por Dios vivo! que hay aquí un hombre cuya estatua debería ser vaciada en bronces eternos y colocada en cada uno de los colegios del universo. Porque lo que debe enseñarse no es esto o lo de más allá sino vigorizar, templar su ser íntegro para el deber enseñarlos a obrar prontamente a concentrar sus energías a hacer las cosas a llevar la carta a García”

Cuando hablamos de las Empresas lo debemos asociar al CONTROL INTERNO en torno al talento humano, pues hay que considerar colaboradores que como “ROWAN” guarden en su corazón la mejor forma de dar todo en función de su Empresa y por supuesto en mejorar su calidad de vida,

Así las cosas el DEBER SER de cualquier persona u organización que quiere lograr el éxito, debe basar su filosofía en el compromiso, la ética y la mejor forma de hacer las cosas, con ACTITUD, que es en eso en lo simplifica el mensaje de una Carta a Garcia.
Por todos es conocido que procesos como el control interno requieren de una serie de elementos formales y ordenados de lo que se hace, so pena de caer en el fracaso, y estoy refiriéndome a la planeación, presupuestación, CALIDAD DEL TALENTO HUMANO, sistemas de información fiables, detección de riesgos y a los procesos y actividades con calidad, controladas a través de indicadores y metas como una manera de corregir el rumbo.

Es lastimoso observar que los principios y valores se tengan que recordar a través de normativas, cuando debería ser naturaleza del individuo u la organización, propia de la enseñanza y formación familiar.

Basta conocer los principios, costumbres y comportamientos éticos de una nación para imaginarnos cuál es su calidad de vida; necesariamente los países adoptan su cultura propia, pero esta tendrá los resultados que se espera en la medida que sea del colectivo y no como un resultado egoísta e individual que conlleve al subdesarrollo.

El control interno tiene su mayor fortaleza en el talento humano, es la base y fundamento del sistema y es ahí donde debemos generar los mayores esfuerzos para que la actitud frente a sus compromisos vayan direccionados a dar lo mejor de sí como persona y profesional, en busca de su desarrollo y de la empresa que representa.
Veamos el cambio de actitud a través del sistema de control interno empresarial:

Actitud frente a la planeación: Involucrando metas e indicadores no tan facilistas, si no optimistas, ambiciosos y alentadores, donde el esfuerzo conlleve a superar lo programado y demostrar mayor compromiso con la organización.

Actitud frente a la presupuestación: Para hacer de él un instrumento eficaz, abundante en recursos, pero de austeridad frente al gasto; cuya función recaudadora e inversora obedezca a manejos transparentes en procura de una hacienda pública fortalecida hacia los bienes colectivos para mejorar la calidad de vida de la comunidad.

Actitud frente a los procesos: Que se reviertan en términos de calidad, trámites menos engorrosos y más ágiles, que brinden la mejor atención en tiempo y servicio al usuario o cliente.

Actitud frente al riesgo: Para prevenirlos a través de controles efectivos, y evitar pérdida de recursos cuantiosos e irrecuperables, frente a una economía escasa y en ocasiones administrada improvisadamente.

Actitud frente al talento humano: Ofreciendo permanente capacitación como una manera de invertir conocimientos, traducidos en mejoras prácticas, mayor capacidad productiva y servicios para la comunidad.

Actitud frente a la información y la comunicación: Como fuente para potenciar el desarrollo a través de datos y medios veraces, que den fiabilidad a lo que se informa y comunica y sea la base oportuna y razonable para la toma de decisiones revertida en productividad y éxito.

Actitud frente al cliente: Por todos es conocido que el “cliente” o “usuario” es la razón de ser y existir de las organizaciones, lo que supone que será la actitud de respeto, servicio y buenas maneras como se le atienda, la que decida su permanencia o deserción.

Actitud frente al control: Como factor retroalimentador y visor del mejoramiento continuo y memoria de aprender sobre los errores y fundamento de una nueva cultura, donde el autocontrol, la autoregulación y la autogestión proporcionen el cambio de cultura traducida en éxito.

La Carta a García nos invita a cambiar nuestra Actitud.

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