Jesús Aisa Sánchez-Horneros
Como ya he
comentado en anteriores posts, entre de los diferentes tipos de riesgo a los
que está sometida la actividad empresarial, se encuentran los riesgos
ambientales.
En esta
ocasión me voy a centrar en la identificación de los riesgos ambientales asociados
a las actividades productivas de las organizaciones, dejando para otra ocasión
el tratamiento de los riegos medioambientales debidos a factores naturales
Centrándonos
en los que se derivan de las actividades productivas, debemos entender como tales, toda circunstancia o proceso de la organización que conlleva la
posibilidad de un daño para el medio ambiente, incluidos los seres humanos.
Para
conocer estos posibles riesgos y sus niveles de importancia, las organizaciones
cuentan con una herramienta ofrecida en los Sistemas de Gestión Ambiental, la
denominada identificación y evaluación de aspectos ambientales.
Según la
Norma Internacional para la implantación de un Sistema de Gestión Ambiental, la
Norma ISO 14001, el riesgo ambiental es directamente proporcional a la
posibilidad de su ocurrencia y a sus
posibles consecuencias. Coincidiendo así con lo señalado al respecto y de forma
genérica sobre los riesgos por COSO II. Es decir, cuanto más probable sea que
ocurra un riesgo ambiental y mayores sean sus consecuencias, mayor será el
nivel de riesgo ambiental.
Riesgo = Posibilidad x Consecuencia
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Siendo
así, para identificar y evaluar un determinado riesgo ambiental será preciso
conocer:
Los
factores de riesgo
Los
identificadores de riesgo
Las
consecuencias del riesgo
Con esta
aparentemente sencilla fórmula, la empresa podrá realizar su “mapa de riesgos” indicando la fuente de riesgo, es
decir los factores, su localización, su valoración así como los efectos o
repercusiones que puede tener en el medio ambiente.
Pero lo
que en muchas ocasiones las empresas no tienen en cuenta, a la hora de evaluar
sus riesgos, es que, la función de los trabajadores en una empresa se puede
definir como “la aplicación de sus conocimientos y
experiencias a la realidad de su
organización, de la que se derivarán múltiples efectos“. Por ello, al menos en
el tema ambiental, y como una medida preventiva de control, y en base a unas
buenas prácticas, no se debería dar por supuesto la existencia de un
conocimiento previo de los trabajadores al respecto, debiendo formar e informar
a toda la organización sobre la gran variedad de los riesgos ambientales derivados de su
actuación.
Actuando así, podemos llegar a la conclusión de que en
muchas ocasiones un riesgo ambiental puede ser reducido e incluso eliminado con
una correcta actuación derivada de una formación y sensibilización ambiental de
todos los integrantes de la organización. Ya que la posibilidad de que se
produzcan estos riesgos, en muchas situaciones, está íntimamente relacionado
con que el trabajador posea o no los conocimientos necesarios para evitarlos.
Así pues,
para disminuir el riesgo ambiental de la empresa y que la misma pueda mejorar
continuamente su comportamiento ambiental, es totalmente necesario implantar
campañas de sensibilización y formación ambiental a todas las personas que
forman parte de la misma. Elaborando para ello un plan de formación según sus
necesidades específicas.
Además, mediante la formación se logrará que los
participantes pierdan “el miedo” hacia el Medio Ambiente al dejar de ser como
algo desconocido y sólo concerniente a los técnicos y el área de medio ambiente
(sostenibilidad o la que corresponda en cada caso), aparte de conseguir una
mejora en la comunicación bidireccional, aumentando la posibilidad de escuchar
a los trabajadores y recoger sus
opiniones y sugerencias de mejora.
Es muy
Importante tener en cuenta, la dificultad de cuantificar el éxito en la formación
impartida a los trabajadores de la organización. Para asegurarse que el nivel
de formación de los trabajadores es el óptimo, la formación debe ser
continuada. No sólo con cursos específicos de formación, sino con campañas de
sensibilización específicas y apoyadas con la
realización de encuestas periódicas con las que evaluar los
conocimientos adquiridos tras la formación y los posibles nuevos temas a tratar
en los siguientes cursos.
En
resumen, una forma de combatir los riesgos ambientales en la empresa, es la de
formar a los trabajadores en las consecuencias que en el medio ambiente tienen
sus actuaciones, ya que, de una u otra manera, todas tienen alguna incidencia
en estos riesgos.
A título
de ejemplo permítanme que cite algunas actuaciones cotidianas de las que se
derivan efectos ambientales:
- Las emisiones de gases de efecto invernadero indirectas de una organización dependerán principalmente del consumo de electricidad de la misma. Así pues al no apagar las luces cuando las dependencias se encuentran vacías, tener la temperatura del aire acondicionado a un valor menor del deseado, no tener los ordenadores configurados correctamente o imprimir documentos en vez de leerlos en pantalla, estaremos aumentando el riesgo ambiental de la huella de carbono de nuestra organización.
- Igualmente si nos desplazamos cada vez que debemos tener una reunión, en lugar de utilizar las herramientas que nos ofrecen las nuevas tecnologías, como la videoconferencia o la telepresencia, además de gastar más tiempo estaremos aumentando también las emisiones de CO2 de nuestra organización. No en vano la sustitución de un 5-30% de los viajes de negocios en Europa por videoconferencias podría evitar la emisión de 5,59-33,53 millones de toneladas de CO2.
Por todo lo
anterior, lo que tenemos que tener claro es que los riesgos ambientales no son
ajenos a nuestros actos, y que siendo consciente de ello podremos, a través de
una adecuada formación y, sobre todo sensibilización, combatirlos
adecuadamente.
Conocer el
grado de sensibilización y las actuaciones responsables o irresponsables de los
integrantes de las organizaciones, es la parte de las auditorías ambientales,
que trataré en el futuro en el blog.
Jesús Aisa Sánchez-Horneros. Es Ambientólogo por estudios, experto en cambio climático por
experiencia laboral y defensor y creyente de la sostenibilidad por convicción
propia.
Esta información fue tomada del Blog Sostenibilidad Tangible, el mismo está orientado a temas
relacionados con la responsabilidad corporativa, y sus artículos hacen especial hincapié en la implantación de
los sistemas de gestión ambiental, y en sus auditorías. Por lo tanto esta
especialmente dirigido a los responsables de sostenibilidad, medio ambiente y
unidades de auditoría de las organizaciones, tanto públicas como privadas.
Estero que visiten frecuentemente el Blog Sostenibilidad Tangible.
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