miércoles, 29 de julio de 2015

Auto-evaluación de calidad con validación independiente

Por Jesús Aisa Díez

Resulta obvio que la actividad de auditoría interna no solo debe incorporarse en
las organizaciones para poder atender los requerimientos normativos que exijan
su presencia en las mismas, sino que debe aportar los beneficios esperados en
el proceso de control interno aplicados en estas.  

Por ello, como ya hemos tenido oportunidad de comentar en algunas otras
ocasiones, uno de los aspectos que los responsables de las Unidades de
Auditoría Interna deben implementar, pero también supervisar,  es el
correspondiente al programa de aseguramiento y mejora de calidad de la
actividad desarrolla, con el que alcanzar las expectativas de las partes interesadas
en lo que se refiere al valor añadido que la actividad de auditoría interna debe generar.

En este sentido, el Marco Internacional para la Práctica profesional de Auditoría Interna,
en su Artículo 1310  nos describe los requisitos del citado programa, separándolo en
dos grandes apartados: las evaluaciones internas y las externas. Subdividiéndose
ambos apartados en dos nuevas categorías; a saber:

·         Evaluaciones Internas: (i) Evaluaciones internas continuas y (ii) Evaluaciones
·         internas periódicas. Según incidamos, respectivamente, en el  seguimiento continuo
·         del desempeño de la actividad auditora, o en el cumplimiento de la definición de
·         auditoría interna, el Código de ética y las Normas del Institute of Internal Auditors
·         (IIA), realizadas ambas por personal de la propia Unidad de Auditoría Interna o,
·         en el caso de las periódicas, por otros especialistas de dentro de la organización.

·         Evaluaciones externas. A realizar al menos una vez cada 5 años por un equipo
evaluador cualificado e independiente proveniente de fuera de la organización.  
Admitiéndose, no obstante, dos maneras de ejecutarlas.

(i)             Evaluaciones externas completas.
(ii)           Auto-evaluación con validación externa independiente.

La diferencia entre una y otra alternativa radica en que, si bien en la externa
completa todo el proceso de evaluación es realizado por un equipo evaluador 
independiente,  en la relativa a la auto-evaluación con validación externa
independiente, se requiere que un evaluador, cualificado e independiente,
realice una supervisión del trabajo e informe de auto-evaluación realizado por
la propia organización.

Si bien en el apartado correspondiente a la evaluaciones internas, tanto continuas
como periódicas, creo que la situación está perfectamente descrita en el Marco, y
considero que no deben existir dificultades en su interpretación y alcance,  no
estimo que suceda lo mismo con las evaluaciones externas en su versión
Auto-evaluación con validación externa independiente; pues aparentemente existe
una contradicción entre lo señalado literalmente por la Norma 1312, cuando señala
que las evaluaciones externas deben efectuarse: por un evaluador o equipo de
evaluación cualificado e independiente, proveniente de fuera de la organización,
y la interpretación que se hace en esta misma Norma, admitiéndose la auto-
evaluación con validación independiente.

La solución a esta duda entiendo que está en el significado de la preposición “con”,
pues si recurrimos al Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española,  nos
encontramos que su significado es el que: “Indica que una persona acompaña a
otra o hace algo junto a ella”, pero también  “Indica que dos objetos o dos
fenómenos van aparejados u ocurren a la vez”.

Atendiendo a este último significado, una evaluación externa realizada en la
modalidad de Auto-evaluación con validación independiente, no contemplaría
actuaciones secuenciales de primero se hace y se completa la auto-evaluación y
posteriormente, días, semanas, meses,…….se iniciaría la validación
independiente. Pues no estaríamos actuando de forma simultánea, es decir a
la vez.

Atendiendo a este criterio de simultaneidad, en el Manual de Evaluaciones de
Calidad emitido por el IIA, se indica que el responsable de la auto-evaluación debe
coordinar con el evaluador externo independiente el número de entrevistas a
mantener con los directores ejecutivos, los gerentes operativos y el personal de
auditoría interna, recomendándose también que el informe final de auto-evaluación
con validación independiente sea firmado por el equipo interno de evaluación y el
evaluador externo independiente. Dando así muestras de la necesaria simultaneidad,
o como mínimo coordinación, de las acciones de auto-evaluación y de validación.

Aspectos que entiendo deberán ser tenidos en consideración al decidir efectuar las
evaluaciones externas periódicas, a fin de poder actuar adecuadamente sin poner
en cuestión la metodología aplicada, e identificar las ventajas que pudieran aportar
esta modalidad de evaluaciones, que en mi opinión no llego a entenderlas como
significativas, puesto que, aparte el posible conflicto de intereses que pudiera existir
entre los evaluadores internos y la función auditora, afectando a la objetividad de sus conclusiones, impediría conocer las mejores prácticas aplicadas derivadas del
“benchmarking” con otras Unidades de Auditoría Interna. Todo ello sin olvidar que el
ahorro de costes externos con respecto a una evaluación externa completa, se debería
modular con los costes internos que las auto-evaluaciones generan.

En cualquier caso las auto-evaluaciones es una alternativa con la que atender los
requisitos de la Norma 1312, correspondiente a las evaluaciones externas, aunque
debemos señalar que poco aplicadas.

Jesús Aisa Díez. Ex-Subdirector General Corporativo de Auditoría Interna de Telefónica SA. Director Proyectos de Evaluaciones de Calidad del IAI España. Director Técnico de FSH Consulting. Para mayor información visita el Blog de Don Jesús “Auditoría Interna del Siglo XXI”.

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