viernes, 4 de enero de 2013

Caja de Fósforos

Quiero compartir una breve, pero poderosa reflexión, incluida en el libro “Como agua para chocolate” de la escritora mexicana Laura Esquivel:

“Todos nacemos con una caja de fósforos adentro, pero que no podemos encenderlos solos… necesitamos la ayuda del oxígeno y una vela. En este caso el oxígeno, por ejemplo, vendría del aliento de la persona que amamos; la vela podría ser cualquier tipo de comida, música, caricia, palabra o sonido que engendre la explosión que encenderá uno de los fósforos. Por un momento, nos deslumbra una emoción intensa. Una tibieza placentera crece dentro de nosotros, desvaneciéndose a medida que pasa el tiempo, hasta que llega una nueva explosión a revivirla. Cada persona tiene que descubrir qué disparará esas explosiones para poder vivir, puesto que la combustión que ocurre cuando uno de los fósforos se enciende es lo que nutre al alma. Ese fuego, en resumen, es su alimento. Si uno no averigua a tiempo qué cosa inicia esas explosiones, la caja de fósforos se humedece y ni uno solo de los fósforos se encenderá nunca.”

Moraleja: quizás la tarea más importante que una persona debe realizar es identificar que cosas encienden su fuego interior y crean una explosión fantástica que le permite llevar a cabo la tarea única para la cual fue creado, que llena de forma completa su alma. En otras palabras, lograr alcanzar la areté (excelencia máxima, cumplimiento acabado de nuestro propósito, función vital o virtud fundamental).

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2 comentarios:

  1. Excelente enfoque sobre esta reflexion. Al learla cada dia, se podran hacer diferentes aplicaciones dependiendo de las circunstancias. Gracias.

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    1. Muchas gracias a ti, apreciado Gerardo por visitar nuestro Blog y dejarnos saber tu opinión sobre los posts. Saludos,

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