Javier Fernando Klus, MBA, CIA
Cuenta los mitos de la antigua Grecia que Sísifo, hijo de Eolo y Enareta, fue castigado por los dioses con el castigo de empujar cuesta arriba una piedra, antes de llegar a la cima, volvía a rodar hacia abajo, repitiendo una y otra vez el frustrante y absurdo proceso.
En la actualidad, este mito es conocido y aplicado para aquellos que tiene que realizar un trabajo duro consecutivamente.
Ahora bien, si llevamos este mito a la realidad de los auditores, nos damos cuenta, o bien tenemos la sensación, que las tareas las realizamos una y otra vez, tal vez son necesarias, pero que estamos condenados a repetir ese ciclo hasta la eternidad.
Imaginemos que estamos realizando un testeo de SOX, sabemos que cada mes, dos meses o cada año, estamos obligados a volver a realizar los mismos procesos, las mismas pruebas, con suerte con los mismos resultados, y eso será así siempre. Ahora bien ¿estamos los auditores como Sísifo condenados a repetir el trabajo duro día tras día, mes tras mes, por siempre?
La respuesta es parcialmente afirmativa, tenemos la obligación de repetir las tareas y procedimientos de forma permanente, pero, no necesariamente debemos ser nosotros quienes las realicemos.
A diferencia del mito, nosotros podemos asignar la tarea de Sísifo, es decir, hacer que otros hagan esa titánica tarea, y lo que es mejor, no necesitamos de otro mortal que pague por nuestros pecados, sino que a diferencia de Sísifo nosotros tenemos la tecnología.
Esto significa que estamos obligados a realizar procesos repetitivos, pero actualmente existe tecnología que permite que esos procesos repetitivos puedan ser realizados por computadoras. El primero estadio de lo que se ha llamado revolución digital es la existencia de software de RPA (Robotic Process Automatization). Estos son programas que permiten ejecutar tareas evidentemente repetitivas de forma permanente y con una velocidad mucho mayor que cualquier humano. En nuestro mito sería algo similar a que Sísifo esté sentado en una silla viendo como un robot sube la piedra a la cima, se vuelva a caer y vuelve a subir. En este caso Sísifo tendrá más que tiempo disponible para pensar en como salir de ese martirio.
En el caso de los auditores, la existencia de este tipo de software enfocado en tareas repetitivas permite a los mismos enfocar sus esfuerzos en otras tareas que definitivamente agregan más valor a la organización y a la propia función de auditoría interna.
La moraleja de este mito es que existen tareas que seguirán siendo repetitivas y que no podremos evitar, como una especie de designio de los dioses, pero actualmente existen softwares, que cada vez más nos pueden ayudar o reemplazar en estas tareas, permitiendo al auditor enfocar su experiencia, intuición, etc., en agregar valor a la organización, valor que realmente pueda ser percibido y de esta forma alejarnos de esa percepción de que nuestro trabajo es repetitivo como si aquel desventurado Sísifo viviera en la actualidad y su profesión fuera la auditoría.
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